El Periódico de Aragón

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El ascenso del Utebo a Segunda RFEF

Beltrán detiene el tiempo en Utebo

El técnico aragonés firma con el Utebo su segundo ascenso tras subir al Huesca a Segunda B en su estreno, hace 21 años, en los banquillos. "Ya tenía ganas", reconoce

Beltrán, en el centro, junto a su preparador físico Edu Chavarría y su segundo Alberto Jimeno. SERVICIO ESPECIAL

Hace 21 años, el Huesca lograba el ansiado ascenso a Segunda B de la mano de un técnico joven, de apenas 35 años, en su debut en los banquillos. Juan Carlos Beltrán hacía historia con el club azulgrana y comenzaba a construir una larga carrera como entrenador. Cuatro años en la Ciudad Deportiva del Real Zaragoza, Figueruelas, Tárrega, Barbastro, Ejea, Tudelano o Borja serían las siguientes estaciones del preparador aragonés antes de volver a citarse con la gesta en Utebo. 

«Todo esto ha llegado antes de lo esperado, digamos dos o tres años. Se ha acelerado el proceso y se ha dado el paso necesario para seguir creciendo»

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Una excepcional temporada regular culminaba con un segundo puesto que abocaba al equipo zaragozano a la difícil tarea de reponerse del disgusto para afrontar el playoff con opciones de éxito, aunque el bombo fue un obstáculo añadido al citar a los uteberos con el filial del Almería. Pero también con eso pudo Beltrán, empeñado en parar el tiempo. «Todo esto ha llegado antes de lo esperado, digamos dos o tres años. Se ha acelerado el proceso y se ha dado el paso necesario para seguir creciendo», subraya.

Cuando el árbitro señaló el final de la prórroga, Beltrán miró al cielo y sonrió. El Utebo tocaba ese cielo en el que, desde hace un año, habita un aficionado de excepción, un fiel aliado, un amigo. José Luis Galindo, expresidente del club y exdirectivo de la Federación Aragonesa de Fútbol, estaba en la mente de todos, pero, sobre todo, de un técnico que, justo después de abrazarse a la familia desplazada a Las Rozas, dirigía su corazón al cielo. «Seguro que habría disfrutado muchísimo. Por un año, mi amigo José Luis no ha podido vivir esto y me acordé mucho de él», admite el entrenador, que reconoce que el ascenso supone, a nivel personal, «un reto apasionante» porque «me encuentro muy a gusto aquí, en casa, y afronto el futuro con el desafío de mejorar y afianzar un estilo. Hace 21 años que no lograba un ascenso y, personalmente, es una gran alegría para mí. Ya tenía ganas».

El logro tuvo un destinatario claro. "Va por José Luis Galindo, expresidente del Utebo y exdirectivo de la federación. Seguro que habría disfrutado mucho"

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Beltrán admite que han cambiado muchas cosas desde aquel ascenso con el Huesca. «Era mi debut como entrenador y todo me venía de nuevas. No tenía experiencia y cometería errores por inexperiencia. Ahora todo me coge más tranquilo, con más poso y mas maduro. Diferente».

La locura

La locura se ha instalado en Utebo, donde la afición no tiene intención alguna de detener unos festejos que se prolongan desde que acabó el partido. «Lo de la gente es espectacular. Es difícil mover tanta gente en Tercera como lo ha hecho el Utebo. Ver la grada llena de nuestros aficionados fue espectacular», subraya Beltrán, que reconoce no haber podido responder «al 80% de las felicitaciones que me han llegado», aunque «me quedo con los que están cuando las cosas van mal, pero, evidentemente, agradezco mucho todo lo que me llega».

En Utebo, como en Huesca, Beltrán ya es sagrado. Por eso, la directiva, que ha rubricado a lo grande su primer año al frente de la entidad, confía en convencer al técnico de seguir encabezando el nuevo proyecto, pero «primero hay que descansar y luego hablaremos. Tenemos que pensar bien qué podemos hacer. La situación es buena y el reto apasionante en un club en constante crecimiento, pero hay que valorar muchas cosas y aún no lo tengo claro», advierte el aragonés. «Les quiero mucho, pero en Segunda RFEF no se puede entrar de cualquier manera. Hay que profesionalizar estamentos y dar un paso adelante».

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