El español Carlos Alcaraz comenzó con una brillante victoria su participación en esta edición de Roland Garros frente al argentino Juan Ignacio Londero, rescatado de la fase previa, al que derrotó por 6-4, 6-2 y 6-0 en 1 hora y 50 minutos.

El sexto del mundo, de 19 años, que llega como una de las sensaciones de la temporada tras sus victorias en Miami y Madrid, además de las de Río de Janeiro y Barcelona, se medirá contra su compatriota Albert Ramos.

Quince años separan a ambos jugadores y 36 puestos en el ránking, aunque Ramos acumula experiencia y ya ha jugado unos cuartos de final en Roland Garros, algo que hizo en 2016. "Es algo único, es un Gran Slam, este estadio lo considero uno de los mejores. Este torneo es de los primeros que he visto desde pequeño, es un placer jugar aquí grandes partidos", dijo Alcaraz desde la pista. El jugador reconoció que necesitó algo de tiempo para adaptarse a la pista, de dimensiones superiores en los bordes.

"Me ha costado un poco adaptarme a las distancias, pero el partido es largo, te da tiempo a coger las distancias de la pista y gracias al público me ha ayudado a adaptarme", afirmó. Aseguró que medirse a un rival correoso como Londero, que venía con rodaje porque había participado en la fase previa, le puede venir bien para ganar ritmo de cara a los próximos partidos.

"Es un gran luchador, un gran jugador, venía con partidos detrás. Era complicado en primera ronda, pero me ayuda a coger ritmo, adaptarme a jugar en París. Me ha venido bien de cara al siguiente partido, para poder plantearlo con más ritmo y nivel", dijo. Alcaraz afirmó que todavía no le reconocen en la calle en París y dijo que le gustaría tener tiempo para visitar la ciudad, algo que tratará de hacer en los próximos días puesto que su siguiente partido será el miércoles.

En su segunda visita al Grand Slam de tierra batida, Alcaraz debutó en la pista central, fue aplaudido por el público que le ve ya como una de las principales alternativas los dos dominadores de los últimos años, el español Rafa Nadal y el serbio Novak Djokovic. Concentrado desde el primer momento, el español se mostró muy sólido y apenas concedió opciones a un argentino que, con un tenis muy académico, trató de contener el torbellino.

Bajo la atenta mirada del futbolista del PSG Ander Herrera, apenas le concedió opciones un Alcaraz que solo necesitó una bola de quiebre en el primer set para apuntarse el parcial. El segundo fue más desequilibrado, sin que el español bajara el pistón, mientras que Londero comenzaba a sentir la fatiga de la fase previa. Los aplausos del público acompañaron al español, que prosiguió su acoso para apuntarse el 2-0. Con ese marcador en contra, el tercero fue un paseo.