Puño cerrado. Grito de alegría. Paula Badosa sigue sufriendo en la pista pero ya está en la tercera ronda de Roland Garros. La tenista catalana ha derrotado a la eslovena Kaja Juvan (68 mundial) por 7-5, 3-6 y 6-2.

Si necesitaba victorias para coger confianza. Este jueves ha conseguido una que le permite seguir viva en Roland Garros, a pesar de no tener las mejores sensaciones.

Badosa ha empezado intranquila ante una rival que llegaba con buenas sensaciones tras alcanzar la semana pasada la final de Estrasburgo donde perdió en tres 'tie breaks' con la alemana Angelique Kerber y con victorias ante la checa Karolina Pliskova y la belga Elise Mertens.

Tensión y nervios

La rotura del servicio a Juvan en el primer juego permitió a Badosa, sin hacer un gran juego, dominar a una rival, también nerviosa. Un segundo 'break' (5-2) dio a Badosa la oportunidad de ganar el primer set con su saque. No lo logró. Juvan le arrebató el servicio y tres juegos más para igualar 5-5. Badosa resoplaba ansiosa. Juvan no lo aprovechó dejó escapar un 40-30, perdió su saque y a continuación el set.

Apuntarse la primera manga no le quitó a Badosa esa presión que atenaza desde hace tiempo su juego. En la segunda manga Juvan , muy sólida, la hacía correr de lado a lado, con dejadas, globos y golpes ganadores, para arrebatarle el saque (4-2), el set y forzar la tercera manga aunque con problemas en su espalda.

"¿Qué hago?"

No se notaron en el juego de la eslovena, de 21 años, que le hizo 'break' de entrada. "¿Qué hago?" reclamaba hacia su palco. Se llevó un 'coaching' por hablar.

Y lo que hizo fue centrarse en su juego, dejar de ser negativa, soltarse, no bajar la cabeza, pelear, ser más agresiva y presionar. Su cara había cambiado. Y el marcador, también. Badosa encadenó cuatro juegos seguidos para colocarse 4-1. Una ventaja que no dejó escapar para apuntarse la victoria en 2 horas y 19 minutos.