El Periódico de Aragón

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Baloncesto

La experiencia de sus vidas

Ariadna Termis y Marina Mata siguen emocionadas tras lograr la medalla de plata en el Mundial sub-17. «Ha sido increíble y nos va a servir mucho para el futuro», confiesan las aragonesas

Marina Mata (izquierda) y Ariadna Termis, derecha, posan sonrientes con su medalla de plata tras la final Servicio Especial

Ariadna Termis y Marina Mata son dos jóvenes de 16 años que tienen muchas cosas en común. Son aragonesas, su pasión es el baloncesto, juegan en el mismo equipo, el Siglo XXI de Barcelona, y la semana pasada fue una de las mejores de sus vidas, al proclamarse subcampeonas del Mundial sub-17 que se celebró en Debrecen (Hungría). 

Ni la lógica derrota ante Estados Unidos en la final puede borrarles la sonrisa de la cara. «Ha sido algo increíble», reconoce Ariadna, que desde el principio de los entrenamientos de la selección española se percató de que tenían la oportunidad de lograr algo importante. «Nos acoplamos todas perfectamente y muy rápido. Hemos creado un gran grupo», explica la zaragozana. «Lograr una medalla en el Mundial era un sueño, pero poco a poco vimos que la posibilidad era real», asegura Mata, natural de Barbastro.

Ese objetivo estuvo a punto de truncarse en octavos de final, contra la selección de Malí. «Ese partido fue clave, un punto de inflexión, porque estuvimos a punto de caer eliminadas pero supimos darle la vuelta», recuerda Termis. «En ese momento nos dimos cuenta de que si queríamos la medalla teníamos que subir el nivel», explica Mata. Dicho y hecho, las aragonesas, junto al resto de sus compañeras, asumieron el reto y consiguieron llegar a las semifinales, encuentro en el que se podían asegurar el metal. El rival era Francia. «Son muy buenas, sabíamos que el partido iba a ser muy igualado», afirma Termis. «Yo creo que ellas eran las favoritas», replica Mata. Y el duelo fue como se presuponía, muy reñido. Las francesas dominaron desde el principio pero, en un último cuarto espectacular, la selección consiguió darle la vuelta al choque y clasificarse para la final. «Fue el momento de mayor felicidad», confiesan ambas.

La final soñada

Con el objetivo cumplido y con el chute de energía que la remontada ante Francia les había dado, las españolas afrontaban el partido decisivo ante la todopoderosa Estados Unidos sin nada que perder. «Sabíamos que era un encuentro para disfrutar, pero sin olvidar todo lo que nos había costado llegar hasta ahí», explica Termis. «Pero queríamos estar en el partido el máximo tiempo posible. Para ello era clave la defensa, porque ellas son muy físicas, y tener mucho cuidado con las pérdidas», analiza Mata. Pero, a pesar de no perderle la cara al partido en ningún momento, las americanas impusieron su ley y anularon las opciones de sorpresa. «El balance del torneo es buenísimo. Creo que nos va a servir mucho esta experiencia en el futuro», aseguran ambas jugadoras.

Con tan solo 16 años, es pronto para saber si las aragonesas podrán cumplir su sueño de ser jugadoras profesionales, pero por ellas no va a quedar. «Es lo que queremos desde pequeñas», confiesan. «Es difícil, pero si seguimos así y tenemos constancia, quién sabe». Sin saber lo que les deparará el futuro, lo que ya nadie podrá lograr es quitarles el recuerdo del verano en el que se hicieron mayores y se trajeron de Hungría una medalla de plata conquistada ante las mejores del mundo.

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