Al recordar el Mundial de Corea del Sur y Japón de 2002 a todos se nos viene a la cabeza el escándalo arbitral que sufrió la selección española en los cuartos de final frente a Corea, la anfitriona del torneo. Antes, de alcanzar dicha ronda, el combinado nacional firmó una fase de grupos perfecta con pleno de tres victorias, la única selección que lo logró, junto a Brasil, la campeona del torneo.

3-1 frente a Eslovenia, mismo resultado contra Paraguay y triunfo por 2-3 ante Sudáfrica que le permitieron pasar de ronda como primera clasificada del grupo B. El cruce le deparó a enfrentamiento a cara o cruz contra Irlanda en los octavos de final. España golpeó primero con un gol tempranero de Morientes de cabeza a centro de Puyol, pero los irlandeses enviaron el partido a la prórroga después de que Keane convirtiese un penalti cometido por Hierro sobre la bocina.

El partido se decidió desde los once metros y Casillas se convirtió en el héroe de la eliminatoria, atajando dos de los tres lanzamientos errados por Irlanda: a Connolly y a Kilbane. El tanto definitivo desde los once metros lo anotó Mendieta, clasificando a España para los cuartos de final.

Tres goles anulados y a casa

España fue la clara dominadora del encuentro, pero no contaba con las erráticas –y quién sabe si premeditadas- decisiones del colegiado egipcio Gamal Al-Ghandour. Justo en la reanudación anuló un tanto en propia de Tae Young Kim por una supuesta falta de Helguera en el salto.

El más clamoroso de todos llegó en la prórroga con el centro de Joaquín desde la banda derecha que nunca llegó a salir por la línea de fondo. El cuarto árbitro fue el único que lo vio de esta manera y el gol de Morientes tampoco subió al marcador, como tampoco aquella volea que se estrelló en la madera. Dos dudosos fueras de juego a Luis Enrique y Mendieta pusieron la guinda al pastel.

En la tanda de penaltis, la suerte no estuvo de cara de la ‘Roja’. Joaquín fue el único en errar desde los once metros y los anfitriones alcanzaron las semifinales, donde sucumbieron a Alemania por 1-0.

La decepción y la frustración se apoderó de toda la expedición, que vio frustrado su sueño de superar los cuartos de un Mundial por primera vez en su historia. Repitieron el resultado de la Copa del Mundo de Italia 1934, de México 1986 y de Estados Unidos 1994. No fue hasta 2010 en Sudáfrica cuando superaron esta ‘barrera’ y lograron coser la estrella en el pecho como campeones por primera y –de momento- única vez.