El Balonmano Casademont está que se sale en Primera Nacional. Hasta nueve triunfos y solamente una derrota les hace merecedores de ser colíderes de grupo C empatados con el Anaitasuna, que va primero. "Cuando empezó la temporada el objetivo que nos marcamos era intentar igualar lo que se había hecho el año pasado, en el que quedamos cuartos. Hemos empezado muy bien, aunque tuvimos el tropiezo ante Trapagaran, que fue un partido que se pudo perder. Nuestra sensación es de que podemos estar ahí, aunque tampoco queremos tirar cohetes. Son todo dinámicas y queremos llegar a navidades con los máximos puntos y afrontar la segunda vuelta con toda la ilusión del mundo", afirma Álex Egea, técnico del equipo.
Asimismo, el entrenador considera la unión del grupo como su punto fuerte. Y es que este equipo demuestra que un buen grupo vale más que cualquier individualidad. "Somos una familia. Parece un tópico, pero no deja de ser un grupo que se forma por la unión de las grandes canteras de balonmano. Se juntan y crecen en un ambiente sin egos", analiza Egea.
Cabe destacar que el equipo zaragozano no es solo corazón, sino que posee unos números anotadores y un juego rápido y vertiginoso que sentencia a sus rivales. "Nuestro emblema es correr. Tengo una plantilla con 22 jugadores y puedo hacer rotaciones continuamente y mantener un ritmo alto", dice el técnico, que conoce a la perfección cuales son algunos de sus pilares básicos. "Zaka es un jugador de 19 años. A mitad de la temporada pasada empezó a coger minutos y este año ha cogido más músculo todavía. Es un talento enorme. Borges es el máximo goleador de la historia de Brasil. Es un entrenador dentro del campo y una referencia. Tiene hasta más experiencia que yo. Por otro lado, Dani Sanjuan es uno de los ejemplos claros de jugadores que se han asentado en la categoría compitiendo a buen nivel. Es lanzador muy bueno y también es muy efectivo en defensa. Es muy completo", matiza el entrenador.
No obstante, Egea sabe que su equipo tiene que seguir puliendo ciertos aspectos, especialmente la presión generada por su gran posición y los fallos por desconexiones. "Son gente que están acostumbrado a que vengan a verlos 150 personas y ahora hay 600 en el pabellón. La mente es una faceta a entrenar y nosotros vamos a empezar a través de un psicólogo. Respecto al juego, creo que debemos minimizar errores. Contra más rápido jugamos más opciones hay de perdida. Queremos seleccionar el saber cuándo correr para conseguir una ventaja y cuándo para desgastar al rival", opina el técnico.
Este año, el objetivo parece claro para el Balonmano Casademont. Ser uno de los dos equipos clasificados para la fase de ascenso. "Nuestro objetivo real tiene que ser estar hasta el final de la temporada con opciones de llegar a esta fase. Lo importante es ganar los máximos choques para llegar, más o menos 26 partidos. La fase de ascenso es un reto complicado porque juegas un fin de semana ante tres campeones de entre los seis grupos con un nivel igual o superior al tuyo", valora el técnico que acaba deseando que "ojalá lleguemos a ese objetivo, porque esto se decide por pequeños detalles y no siempre gana el favorito".
