La montaña en Aragón

La montaña en Aragón: Reformando la dignidad

Cinco zaragozanos han fundado ‘Refugios Libres Dignos’, plataforma desde la que quieren acondicionar y pedir respeto para estos espacios montañeros abiertos para todos

Pedro Molina, Alejandro Roldán, Luis Marín, Diego Vera y Daniel Aznar forman este proyecto.

Pedro Molina, Alejandro Roldán, Luis Marín, Diego Vera y Daniel Aznar forman este proyecto. / REFUGIOS LIBRES DIGNOS

Sergio Ruiz Antorán

Sergio Ruiz Antorán

Algo tiene. Un no sé qué. Un qué me sé yo. Sea como fuese, Pineta esconde un misterio de amor. Serán sus noches de millones de estrellas, sus bosques que musitan, sus tronadas que no cesan, la mirada de tucas desafiantes, su silencio a paz. En ese valle que es todo, a Pedro Molina, Alejandro Roldán, Luis Marín, Diego Vera y Daniel Aznar se les encendió la chimenea de una gran idea en la oscuridad. ¿Por qué no devolver a esas montañas la dignidad que recibieron de ellas?

Estos cinco maños mañosos de Valdefierro se echaron a las andadas. A los pateos de juntarse fines de semana como en esos veranos de juventud en el precioso Campamento Nuestra Señora de las Cumbres. Ahora los pasos de su amistad imperecedera les llevan a otro destino, a esos refugios que tantas veces les acogieron.

En la oscuridad, al darse cuenta que la chimenea estaba atrancada, tras limpiarla y prender la llama del calor, vieron en ese reflejo un proyecto. «Subimos en septiembre a pasar la noche al refugio de La Larri. ¿Tanto cuesta cenar con una mesa y dos bancos dignos? ¿Que la chimenea vaya bien? Esa noche reflexionamos y decidimos ponernos al tajo», recuerda Pedro Molina.

Dicho y hecho. Con sus manitas. Formaron oficiosamente ‘Refugios Libres Dignos’, un nombre en el que no se esconden, se quieren dejar ver. No tanto ellos, sí su trabajo. Subieron de nuevo al refugio con 80 kilos de madera y construyeron lo que pretendían. «Tardamos cuatro horas en portear todo el material, porque la pista estaba cortada y una riada se había llevado el puente», relata Pedro.

La idea es hacer más acogedores y confortables estos habitáculos montañeros e iniciar una campaña de respeto a estos espacios comunes. Limpiar, pintar, construir pequeños muebles, dotar de cocina, iluminación… y dejar objetos que los humanicen. «Implantar una cultura que resiste en Francia. No se trata tanto de conservarlos, de dejarlos como te los has encontrado, sino de mejorarlos entre todos».

Han redactado una serie de normas y una lista de diez objetos que dejan en cada refugio. Botiquín, juegos de mesas, guirnaldas, velas, menaje, papelera... «Creamos un Instagram y ha tenido una aceptación increíble. Por ahora todo lo hemos costeado entre nosotros, pero hemos pedido aportaciones en material y nos ha ido llegando de todo», indica Pedro.

Entre las donaciones, veinte láminas de acuarelas de montañas o poemas, libros, mapas... Y una guitarra. En cada instalación dejarán una, esencial para una velada montañera, con la inscripción «que las vacas y la guitarra nunca deje de sonar en el valle».

Informaron de sus intenciones al alcalde de Bielsa. Porque tras La Larri acondicionaron La Estiva y ahora quieren ir enfrente, a por Montinier, todos en Pineta. Aunque no quieren pararse ahí. Bachimala, Barrosa, Chistau... «Esto va creciendo, sabemos que desde el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido ven con buenos ojos la iniciativa, nos han contactado grupos de scouts de aquí o de Murcia para echar un cable o replicar el proyecto». Hasta les ha llamado Mariano Navascués para participar en el programa de televisión Chino, Chano. 

Van motivadísimos. Su intención es generar una asociación para poder formalizar las acciones, legalizar su movimiento y poder rebajar la factura de los costes con posibles subvenciones. «Cada refugio nos ha costado mil euros que hemos costeado entre los cinco. Por suerte somos mañosos, tenemos oficios en los que trabajamos con herramientas».

«Para disfrutar de un refugio no tienes que gastarse un dineral, solo poner de tu parte»

En Montinier quieren pintar «porque nos han dicho que está en mal estado» y poner una placa solar para alimentar una batería para instalar unos focos con sensor que se enciendan cuando te acerques, otro interior y colocar una entrada USB para recargar el móvil, sistema que integrarán después en la reforma que han hecho en La Estiva y La Larri. Hasta sueñan con crear una app donde aparezca toda la información de estos refugios y se pueda anunciar de pernoctaciones para evitar aglomeraciones incómodas «porque para disfrutar de un refugio no tienes que gastarse un dineral, solo poner de tu parte». Una buena idea de muy buena gente en el mejor lugar del mundo. 

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