Una trifulca masiva entre aficionados y jugadores en un partido de juveniles acaba en comisaría

El fútbol aragonés volvió a protagonizar este fin de semana otro triste capítulo en el que las agresiones fueron protagonistas. En esta ocasión, los hechos ocurrieron al término del partido de Juvenil Preferente que enfrentó el domingo en el terreno de juego de El Picarral al Balsas con el Unión La Jota Vadorrey, que concluyó con 1-1.

Una vez finalizado el encuentro, aficionados y jugadores de ambos equipos se vieron envueltos en una trifulca masiva en la que participaron decenas de personas y que se saldó con varios heridos leves y una denuncia en la Policía Nacional por parte de un jugador de La Jota Vadorrey, el portero, que habría sufrido un puñetazo en el rostro propinado por un futbolista local, según la denuncia interpuesta en dependencias policiales. El procedimiento establece ahora la identificación del supuesto agresor y la apertura de diligencias.

Pero, aunque solo hubo una denuncia, las patadas y puñetazos fueron numerosos entre aficionados que invadieron el campo a la conclusión del choque y jugadores de ambos conjuntos. La trifulca deparó varios lesionados de los dos equipos.

Este nuevo episodio de violencia se produce apenas unas semanas después de que el Comité de Competición de Fútbol base de la Federación Aragonesa de Fútbol dictara una resolución histórica en el fútbol base aragonés al sancionar con 25 partidos a un jugador infantil del Club Alfindén EFB y con 15 a otros dos por las agresiones acaecidas durante el partido de Tercera Infantil disputado el pasado 17 de diciembre ante el Cristo Rey. Los sancionados y sus familias pidieron disculpas a través del Alfindén.

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