EUROLIGA | PARTIZAN 78 - 85 REAL MADRID

El Real Madrid derrota a Partizan y se jugará el pase a la 'final four' ante su afición

Los de Chus Mateo fuerzan el quinto partido de la serie y recuperan el factor cancha tras el segundo triunfo en Belgrado (78-85)

Dante Exum, jugador del Partizan, ante Walter Tavares, del Real Madrid.

Dante Exum, jugador del Partizan, ante Walter Tavares, del Real Madrid.

Denís Iglesias

El Real Madrid es un equipo incapaz de padecer miedo escénico. Su dominio de las situaciones límite, sin importar el deporte, le permite convertir las llamas del infierno en viento a favor. El conjunto blanco lo volvió a hacer en Belgrado, que enmudeció al principio por el luto ante el asesinato escolar y volvió a hacerlo al final, con el segundo triunfo consecutivo de los de Chus Mateo para dejar igualada la serie (2-2). El quinto y definitivo partido, que decidirá el rival del FC Barcelona en la 'final four' será en el WiZink.

La serie está siendo para guardar en la hemeroteca. En cada partido, un argumento. Desde la bronca del segundo asalto a la reconciliación de los dos equipos bajo el minuto de silencio por las víctimas del tiroteo que se produjo en el centro de Belgrado. Una tragedia que empapó el rostro de un abarrotado Stark Arena que empezó lleno de rosas blancas. En las caras de los jugadores se palpaba la emoción de un momento que ha cambiado el temperamento de todo un país, donde las balas son ecos del pasado que nadie quiere volver a escuchar.

Duelo de anotadores: Hanga contra Leday

Pero tras el salto inicial, el Partizan - Real Madrid volvió a ser eso: un grandísimo partido de baloncesto donde los de Chus Mateo arrancaron mejor a pesar del retorno de Lessort al quinteto inicial tras cumplir la sanción por la batalla campal del WiZink. Entró bien al partido Dzanan Musa, un jugador al que la serie se le estaba haciendo cuesta arriba. Pero todo en la pista pasaba por la salud de Tavares. El martilleo blanco obligó a Obradovic a pedir tiempo muerto con el 7-14.

Sin embargo, el Partizan estaba agarrotado y en defensa se descosía para permitir triples directos de Hanga, que se hizo con un 3/3 como si nada para terminar En el bando rival, solo Leday (14 puntos y 7 rebotes ofensivos en la primera) se inspiraba contra un Real Madrid que mutaba a la defensa en zona mientras en ataque sacaba el cuchillo en el exterior. Al final del primer cuarto, 15-27 que eran más que un resultado. Posiblemente, los mejores minutos en la eliminatoria.

Belgrado celebra las personales de Tavares

El partido estaba enrarecido en todos los aspectos, sin un ritmo claro. De lo que no había dudas era de la importancia de Tavares, cuyo estado físico es cuestión de estado. Belgrado celebraba las faltas personales en contra del caboverdiano, pero su antagonista, Lessort, no era capaz de aprovechar las oportunidades desde la línea de tiros libres. Las infracciones condicionaron a los de Chus Mateo, que veía como Randolph, la alternativa del africano, se cargaba con tres con el 32-34 en el marcador.

Esto complicaba los planes del técnico español, que en una de las pausas le decía a su mejor arma: "Te quito antes de que termine el cuarto". Cuando Partizan podía ponerse por fin delante en el marcador, se activaba Gaby Deck, de regreso tras sanción, para frenar el ansia de un equipo al que espoleaba la grada. Iba a ser más importante que nunca la psicología.

El 'sorpasso' serbio y vuelven los cánticos

Un mate de Leday ponía el 39-40 y obligaba al Real Madrid a pedir tiempo muerto. Como el primer cuarto, el segundo terminó con una canasta al límite. La de Papapetrou entró, pero la de Andjusic estuvo fuera de tiempo. Los madridistas conservaban la hegemonía en el marcador (42-45) al descanso. Más allá de los números y los condicionantes, el conjunto español estaba más que vivo. Hanga, que se fue al intermedio 15 puntos y 17 de valoración, apuntaba los márgenes de mejora: "Hay que volver a ganar duelos en los rebotes: sobre todo en defensa hay que mejorar".

Con la reanudación, volvían los cánticos al Stark Arena, y con ellos, la congestión del juego blanco. Comenzaba la particular batalla de Obradovic, que pidió un 'challenge' para revisar una salida de balón festejada en el cielo de Belgrado. Sin embargo, la historia interminable de Partizan. Exum falló en el intento por poner la primera ventaja y de las protestas por una falta reclamada surgió la técnica que volvía a poner la frontera.

El responsable Tavares y el irresponsable Nunnally

Al final lo consiguió Andjusic para poner el 51-49, una ventaja efímera por culpa de un Tavares que cargó de faltas a la defensa rival (a 3:46 entraron en bonus), robó y anotó para sofocar la rebelión. Llegó la tercera del caboverdiano. El fantasma de su ausencia en pista lo disolvía Deck para poner el 55-61 con el que se llegó al último cuarto. Las muñecas de Partizan, sin el francotirador Punter, temblaban a excepción de Leday.

El partido iba a requerir de un esfuerzo grupal y rotaciones exitosas. Con el 'Chacho' Rodríguez en la cancha, el balón empezó a correr hasta subir a las siete asistencias que mantenían por delante al Real Madrid, donde emergían coordinados los individualismos. El más trascendental era el de Deck, un jugador único cuando se trata de ganar la línea de fondo. Hasta que una falta de Leday le dejó fuera de juego con el 74-78. Era tal el dolor que hasta retorcía el rostro de un argentino normalmente inquebrantable.

Cómo son de lesivas estas series, donde los equipos metamorfosean. El rostro desencajado, el miedo y la precipitación manifestadas por el Real Madrid en el segundo partido pasaron a ser patrimonio de Partizan. Tiradores como Nunnally y Exum huían de su responsabilidad mientras los porcentajes de tiro se iban derrumbando. Pero una jugada de brujería de Madar, taponando a Goss para anotar, estrechaba las diferencias de modo imprevisto hasta el 78-80. Y una vez más, cuando el Partizan ponía en el ojo en la mirilla, una bofetada de Tavares les devolvía a la cruda realidad del 78-85 final que apaga toda la revolución que armaron en Madrid.