Atletismo
Un maratón de promesas
El doctor Juan Pablo Pardos homenajeó a sus padres corriendo los seis maratones más importantes del mundo y las cinco ‘superhalfs’. Perdió a ambos y el covid le golpeó duro. «Cogí el covid y desarrollé una neumonía bilateral, tuve delirios y pensé en dejarme llevar», recuerda el aragonés

El doctor Juan Pablo Pardos posa en su consulta con sus tres 'súpermedallas' conseguidas. / ANDREEA VORNICU

Una promesa es uno de los actos más peligrosos que cualquier persona pueda realizar. Hay que tener cuidado con qué y cómo de importante es aquello que se promete o lo acordado se volverá en contra de la persona que haya contraído esa responsabilidad. Sin embargo, una promesa da, en ocasiones, la fuerza necesaria para mover montañas.
El doctor Juan Pablo Pardos es un odontólogo e implantólogo que heredó la pasión por la medicina de su padre, don Elisardo, además de un afán de superación y entrega que le ha acompañado desde siempre. «Era un excelente ortodoncista y, tanto él como Ana María, mi madre, me transmitieron una motivación por el esfuerzo, el sacrificio y la voluntad a todos los niveles», indica. «Desde pequeño, he vivido una lucha por parte de mis padres brutal», explica Pardos, que comenzó muy pronto a hacerse su propio nombre en el ámbito de la medicina marchándose de la zona de confort y abriendo junto a su hermano Alberto una clínica dental en el centro de Zaragoza.
«Con la voluntad y el sacrificio, se va a todas partes»
Esa clínica es ahora el Centro Médico Palafox, del cual es el director y que no ha parado de crecer hasta el día de hoy, en el que incorporará dos quirófanos y será ampliado 200 metros cuadrados más. «El trabajo, la lucha y la entrega los llevo en los genes y los he heredado de mis padres», relata.
Pasado el tiempo, en junio de 2016, Juan Pablo celebró su 50 cumpleaños y recibió un consejo de su padre. «Me dijo ‘haz ejercicio, que yo nunca lo he hecho y siempre me ha penado’. Esa frase se me quedó grabada», cuenta. En su fiesta de cumpleaños, recibió como regalo una participación para el maratón de Berlín, comenzando así su idilio con los 42 kilómetros.
Cuatro meses después de aquel consejo, don Elisardo falleció. «Pensé en las palabras de mi padre y me dije: ‘voy a correr las seis grandes maratones del mundo como homenaje a él’», recuerda. El año siguiente, Pardos corrió el maratón de Nueva York, el que recuerda como uno de los más duros. «Fue terrible. Estaba en una época dura en lo emocional por la pérdida de mi padre, pero la pude terminar», indica el doctor Pardos.
El ejemplo de su hija
Su hija Alejandra, que reside en Manhattan, le dio fuerzas para acabar la carrera, aunque le vio tan mal tras cruzar la meta que le hizo prometerle que no correría más. Sin embargo, Juan Pablo sentía que debía cumplir otra promesa más importante. «Al poco tiempo le dije: ‘Si me ocupo de entrenar para no sufrir en las maratones, ¿me levantas mi promesa?’», cuenta Pardos, que obtuvo el permiso de Alejandra para completar su objetivo de homenajear a su padre.
Empezó a entrenar y llegaron las maratones de Londres, Tokio y Chicago, que Juan Pablo completó con menor sufrimiento que la cita neoyorquina. Solo faltaba Boston... Y llegó el covid-19. «Cogí el covid en enero del 2021 y desarrollé una neumonía bilateral. Tuve dos días de delirios en los que pensé en dejarme llevar... Pero saqué fuerzas y conseguí salir adelante», relata. «Las primeras semanas me costaba hasta ducharme, caminar ya ni te cuento, era puro sufrimiento», recuerda el doctor Pardos, quien fue poco a poco saliendo de una situación en la que confiesa que «pensaba que me moría», dice.
Lejos de abandonar su objetivo, Juan Pablo insistió en prepararse para su último major apenas dos meses más tarde. «Empecé a trotar y notaba que no podía, me fatigaba a los 30 segundos», reconoce. A base de sacrificio, un día cambió su situación. «De repente, pensé: ‘Esto tiene que ser un tema mental más que otra cosa’, y me acordé de mi hija, que había conseguido ser la mejor estudiante extranjera de todo Estados Unidos y llevaba diez años ahí sola», argumenta. Los logros de Alejandra basados en ese esfuerzo que caracteriza a la familia Pardos sirvieron a su padre como motivación para enfrentarse a Boston en abril de 2022.
«Tuve delirios y pensé en dejarme llevar»
«Era la culminación a todo», dice un emocionado Pardos, que hizo otra promesa tras cruzar la meta. «Le dije a mi madre que le iba a hacer un homenaje en vida, completando los medios maratones más importantes del mundo ese mismo año», relata. Y así fue: Pardos completó Praga, Lisboa, Copenhague, Cardiff y Valencia en 2022. «Las medallas se las daba a mi madre. Por desgracia falleció en julio de ese año, así que las tres últimas las hice de forma póstuma», dice.
Sin duda, la historia de Juan Pablo Pardos es una de aquellas en las que se aprende mucho más en el camino que al cruzar la meta. «Con la voluntad y el sacrificio, se va a todas partes; con la inteligencia, puedes no llegar a ningún lado», saca como conclusión el doctor Pardos, orgulloso de haber podido cumplir sus promesas.
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