Ciclismo

Van Vleuten logra una gesta para recordar en la Vuelta femenina

Realini y Van Vleuten se reparten la etapa y liderato tras una gran escapada

Van Vleuten, con el jersey arcoíris, al frente del pelotón.

Van Vleuten, con el jersey arcoíris, al frente del pelotón. / MOVISTAR TEAM / DARI BELI

Sergi López-Egea

Nunca digas nunca jamás. Nunca des a Annemiek van Vleuten por derrotada. Es como una especie de Cid a la holandesa y convertida en mujer; un fenómeno de la naturaleza, una ciclista diferente y de categoría especial como si fuera la cima de los Lagos de Covadonga a donde ascienden este domingo todas las corredoras para finiquitar la primera Vuelta femenina, y adonde llegará la jefa del Movistar vestida con el jersey rojo de líder, el que arrebató a su paisana Demi Vollering, en una exhibición más que impresionante en una penúltima etapa que sólo debía ser el preámbulo para la sentencia en la más famosa de las cumbres asturianas.

Tiene 40 años y a finales de este 2023 cuelga la bicicleta. Hasta ahora daba la impresión de que había comenzado su ocaso, apartada de cualquier opción de ganar las clásicas de primavera y no le salían las cosas como ella deseaba. Pero Van Vleuten no había perdido su gallardía, ni las ganas de continuar ganándolo todo y dejarle claro a Vollering que, si ella había impresionado y se había convertido en la única dominadora de las clásicas las carreras de una semana, las tres grandes femeninas son suyas y que por algo en el Tour llevará el dorsal número uno con ganas de vestirse de amarillo en el Tourmalet y conservar la prenda en la contrarreloj final en la ciclística ciudad de Pau.

Van Vleuten desenterró este sábado el hacha de guerra. Había quedado tocada pero no hundida en la primera llegada en alto de la Vuelta. Daba la sensación de que derrotar a Vollering era una misión imposible y eso que solo se había dejado 5 segundos en la cuesta del mirador segoviano de Peñas Llanas.

De nuevo, camino de Laredo, en el siempre quebradizo territorio cántabro, entre ‘abanicos’ (cortes por el viento) y un ataque a 38 kilómetros de la meta, Van Vleuten atizó a Vollering para irse en compañía de la italiana Gaia Realini. Por detrás, Vollering rearmaba a su equipo para minimizar pérdidas en la fase final de la etapa y para recortar hasta 1.04 minutos una pérdida de tiempo que podía haber dejado la ronda española definitivamente sentenciada si no lo está ya.

La italiana Realini, quizá demasiado a rueda de Van Vleuten, se anotó la victoria en la sexta etapa y la Vuelta quedó en las manos de la jefa de filas del Movistar, que goza de 1.11 minutos de ventaja sobre Vollering, con unos Lagos, los mismos que hace 40 años conquistó Marino Lejarreta en la primera vez que se subió a la cima con un dorsal a la espalda, que serán coronados por primera vez por una corredora profesional.