En el patio del Arzobispado de Zaragoza, presidido por el presidente del Stadium Casablanca, Jorge Sánchez, y el arzobispo de la ciudad, Carlos Escribano, el club aragonés tuvo su acto más institucional para celebrar sus primeros 75 años de vida. En una ceremonia breve y directa, amenizada por Maribel Vistel al piano, el Stadium Casablanca repasó su historia desde su fundación en 1948 con imágenes antiguas, dio una vuelta por sus instalaciones y puso la mirada en el futuro. El club estuvo acompañado por representantes de todas las secciones.
"Me decía un amigo que, con 10.000 socios, somos uno de los pueblos más grandes de Aragón. Y tiene razón", dijo el presidente, Jorge Sánchez, para explicar la grandeza y la doble vertiente del club. Porque el Stadium Casablanca son grandes éxitos deportivos, como el ascenso a la Asobal a principios de los noventa, el equipo de Liga Femenina de baloncesto de los últimos años, los olímpicos como el propio Sánchez, Víctor Lobo o María Delgado, pero es también un club social, un punto de encuentro, el lugar en el que gente de todas las edades se junta para pasar el día, hacer algo de deporte, compartir aficiones.
El Arzobispo de Zaragoza destacó la intuición y valor de los fundadores así como el trabajo de todas las personas que, desde el patronato, han hecho posible estos 75 años de historia y deseó un futuro, al menos, tan largo como el pasado que ahora atesora. Fue el acto central y más institucional, pero la celebración continuará con diferentes actos a lo largo de los próximos meses.