En la lucha contra la violencia en el deporte base aragonés, así como en los propios hechos condenables, concurren una serie de activos que deben trabajar codo con codo con el objetivo común de poner fin a esta serie de episodios que no hacen sino aumentar en el fútbol de Aragón.
No solamente sirve con condenar los hechos mediante fríos comunicados o el endurecimiento de las sanciones que la propia Federación Aragonesa de Fútbol acordó el pasado mes de marzo, sino que la concienciación debe traspasar las barreras institucionales y llegar a los equipos, entrenadores, jugadores y, de manera especial, las familias de los mismos.
De este modo, clubs como el Stadium Casablanca se encuentran trabajando en busca de las soluciones que permitan frenar la presencia de los violentos en los campos de fútbol y sirvan como ejemplo para la educación en valores de las generaciones venideras. «Este año estamos desarrollando un código interno para poder llevar a cabo sanciones más fuertes», indica Nacho Báguena, coordinador de la sección de fútbol del Stadium. «En los partidos, el personal de la sección del deporte que corresponda no se involucra ante una determinada conducta violenta, pero sí lo hace el personal de mantenimiento del club. Su intención es tratar de calmar la situación y, una vez hecho esto, yo me encargo de emitir un informe al club en caso de ser una cuestión relevante», explica.
El mensaje de Báguena es analizado por el Stadium Casablanca antes de tomar una decisión respecto a la conducta. «Emito un informe con nombres y apellidos de las personas que han estado relacionadas con el incidente y se establece una sanción a nivel de club. Estas pueden ir, en función de la gravedad de los actos, desde una pequeña amonestación hasta una expulsión del recinto. La reiteración supondrá la pérdida de la condición de abonado o la prohibición de entrada a nuestras instalaciones», expresa Báguena, quien se persona en la mayoría de encuentros de fútbol base del Stadium, entre otras cosas, para poder ofrecer una visión de lo sucedido al club desde su experiencia en directo. «Estoy prácticamente en todos los partidos y conozco a todos los jugadores, aunque también tenemos un sistema de cámaras con las que grabamos los encuentros», argumenta.
De igual modo al club verdiblanco, el CD Ebro ya ha aplicado el código de conducta recién establecido por su nueva junta directiva. «En un partido del equipo alevín, uno de los chicos fue expulsado por el árbitro. Su padre fue a pedir explicaciones al árbitro, entrando de malas maneras a su vestuario a increparlo», relata Luis Belsué, el nuevo presidente del club de La Almozara, que fue contundente con su decisión.
Luis Belsué: «No vamos a permitir ningún acto incívico por parte de nadie, ni de jugadores, ni de padres ni de la afición»
«Reunimos a toda la junta directiva y al director técnico de cantera para ver cómo podíamos atajarlo», explica el directivo del Ebro, que optó por la expulsión del familiar de las instalaciones del equipo arlequinado durante sus partidos oficiales «hasta que el caso se resuelva a nivel federativo y a nivel ordinario, si en ello trascendiese», según el comunicado publicado por el club.
El Ebro, al igual que el Stadium Casablanca, tiene preparado un código de conducta respecto al «comportamiento de jugadores, los aficionados y las funciones de los delegados de campo para que hechos como este no sucedan», cuenta Belsué.
«No vamos a permitir ningún acto incívico por parte de nadie, ni de jugadores, ni de padres ni de la afición. Vamos a ser claros, concisos y contundentes con cualquier acto de este tipo, sea contra el árbitro, entre aficiones o entre jugadores», matiza.