Existen familias aragonesas de toda clase de índole y con todo tipo de relación entre sus miembros. Coincidir en pareceres, gustos, ideología o hobbies es a veces un imposible por más que uno comparta sangre con sus allegados. Esta es una problemática que no existe en la casa de los Tejero Martínez.
«Nuestras conversaciones en la comida, la cena y en familia son sobre halterofilia. Ahora estamos viendo el Mundial y hablamos sobre ello, pero también de cuánto hemos levantado hoy, de si va uno u otro a entrenar o de cómo nos hemos sentido ese día levantando», explica Nekane Martínez, campeona de España en esta disciplina siete años seguidos, madre de Julen e Irati y esposa de Daniel, todos ellos levantadores. «Te das cuenta de que no somos una familia normal cuando la gente te lo dice», reconoce esta haltera que dejó su Basauri natal con 17 años para desplazarse a la Residencia Blume de la capital y cambiar su vida a todos los niveles: allí trabajó sin descanso hasta lograr formar parte del primer Campeonato del Mundo femenino de la historia, y conoció al zaragozano Daniel Tejero, uno de los grandes levantadores nacionales de la historia.
«Fui llamado por el CSD para una beca de alto rendimiento en la Blume de Madrid donde viví bastantes años y pude participar en diferentes campeonatos de Europa y del Mundo, Juegos del Mediterráneo, convocatorias con el equipo olímpico... Y conocí a Nekane», recuerda Daniel, que se asentó tras su paso por la capital en Zaragoza junto a la que es ahora la madre de sus dos hijos, Irati y Julen.
Toda una vida levantando
«Han hecho halterofilia desde que estaban en la tripa porque yo seguía entrenando. Desde que nacieron, han estado siempre en el gimnasio, oliendo el magnesio y tocando los discos y las barras. Aprendieron a andar entre los hierros», asegura Nekane. Eso sí, que los jóvenes Tejero Martínez hayan terminado continuando en la halterofilia ha sido decisión únicamente suya. «Es algo que a un padre le alegra mucho. Hemos respetado sus deseos de elección deportiva en todo momento, ya que ellos han practicado diferentes deportes», explica Daniel.
Julen tiene ahora 23 años y, tras ser un destacado futbolista formado en el Stadium Casablanca, tomó la decisión de enfocarse en la disciplina que le enseñaron sus padres, especialmente Daniel, su entrenador, hasta lograr un octavo puesto en su debut en la Copa de España absoluta hace apenas unas semanas.
«En edad juvenil, me enganchó la competición de halterofilia. Elegí esto porque soy muy competitivo y sabía que podría tener más posibilidades al ser un deporte individual», explica Julen. «Estar en León me dejó buenas sensaciones para empezar la temporada. Fue un regalo, estaba como un niño pequeño con sus juguetes», relata. Irati, por su parte, ha practicado diferentes disciplinas y, a sus 19 años, todavía no se decide entre el rugby y, como no, la halterofilia. «Desde siempre me ha gustado el deporte y, aunque he mantenido la halterofilia desde pequeña, he practicado varios deportes a la vez. He pasado por gimnasia deportiva, natación, balonmano, baloncesto, rugby... Nunca he dejado la halterofilia porque te ayuda con todos los demás», confiesa Irati. «Todavía no me he decantado por uno solo como ha hecho Julen», añade.
Trastadas de peso
Ambos hermanos han crecido entre barras y discos. «Recuerdo disfrazarnos en casa y levantar la escoba con discos de cartón», explica Julen. «También hacíamos competiciones de técnica desde muy pequeños», agrega su hermana Irati. «Imitaban lo que vivían cuando les llevábamos a vernos competir. Veían cómo nos poníamos las muñequeras, rodilleras... Llegábamos a casa y ellos se disfrazaban con nuestra ropa y levantaban el palo de la escoba y unas pesas de cartón pintadas de colores, con sus pesos, como las de verdad. Ellos solos se hacían la presentación e incluso se daban golpecitos en la espalda antes de levantar», narra Nekane entre risas.
Al igual que sus padres, Julen estuvo en la Residencia Blume gracias a una beca que le permitió desarrollar sus capacidades. «En 2018, me ficharon para ir a un centro de alto rendimiento en la Blume de Madrid. Ahí comencé en la halterofilia al más alto nivel, hasta ahora», relata. El “ahora” al que se refiere es el octavo puesto en la Copa de España de un Julen insaciable. «Mi objetivo es clasificarme para el Europeo absoluto de 2024», afirma la promesa aragonesa.
En definitiva, la historia de los Tejero Martínez es la de un punto de unión de una familia dedicada en cuerpo y alma a la halterofilia. «Cuando estoy levantando, mi padre me mira y sé que está haciendo fuerza conmigo», indica el joven Tejero.