Granada y Real Madrid, el partido que nadie quiere jugar: uno puede llegar descendido y el otro ya es campeón

El Real Madrid comparece en Granada con la euforia desatada. Su alirón en diferido, tras el repaso del Girona al Barcelona en Montilivi, y el enésimo milagro en el Bernabéu ante el Bayern para sellar el billete para la final de Wembley, han convertido su semana en una montaña rusa que tiene su última parada en los Nuevos Cármenes.

En el estadio granadino se vivirá un contraste de sensaciones porque la hinchada nazarí puede ver certificado el descenso de su equipo a Segunda esta jornada. El Granada, a once puntos de la permanencia con doce en juego, descenderá antes del partido si el Mallorca es capaz de ganar a Las Palmas en un choque que se jugará previamente al del Nuevo Los Cármenes. Para alargar su presencia matemática en LaLiga el Mallorca no puede ganar y el Granada necesita vencer al Real Madrid. Los andaluces han pasado toda la temporada en puestos de descenso y han visto pasar hasta tres entrenadores por su banquillo: Paco López, ‘Cacique’ Medina y ahora Sandoval.

Courtois pasa un examen

En el Madrid Ancelotti llega sin presión y dará minutos a los que menos oportunidades han tenido. Todos los focos estarán puestos en la portería donde Thibaut Courtois tiene cuatro partidos (Granada, Alavés, Villarreal y Betis) para demostrar al italiano que está preparado para defender la meta del Madrid en la final de Wembley.

El técnico está dispuesto a esperar hasta el último momento al belga, aunque tiene la tranquilidad de que Lunin ha cumplido. Sin embargo, hay una serie de desconexiones que generan inquietud en el entrenador madridista. En el partido que le costó la eliminación en Copa en el Metropolitano salió muy blando en los goles de Lino y Morata, y en el de Griezmann regaló su palo. Ante el City en la ida en el Bernabéu cometió un fallo grosero colocando un solo hombre en la barrera, lo que aprovechó Bernardo Silva para marcar cuando no se había cumplido dos minutos de juego. Y ante el Barça, en el clásico que ganó el Madrid (3-2) en el Bernabéu, se tragó un centro al área pequeña que le cabeceó Christensen a su espalda y despejó mal un centro que acabó marcando Fermín. Goles evitables en su mayoría.

Partido de contrastes, por tanto, a los pies de Alhambra entre un equipo que puede comenzar el duelo descendido y otro que ya es matemáticamente campeón. Un choque perfectamente prescindible para ambos con los blancos guardando la compostura y los andaluces, la dignidad.