Champions League
Demasiado Liverpool para un Girona que solo cede de penalti
Salah decide un duelo equilibrado en el que el cuadro rojiblanco desaprovechó oportunidades para adelantarse en el marcador

Girona - Liverpool. / AP
Joan Domènech
Demasiado pletórico llegaba a Montilivi el Liverpool, líder de todo, de la Premier y de la Champions, para un anémico Girona, que viene de caer eliminado en la Copa ante el Logroñés y goleado por el Madrid. Pero el espíritu de resistencia y de lucha no lo ha perdido el cuadro de Míchel, que tuteó a uno de los grandes del planeta y ante el que cedió desde el punto de penalti.
La falta de gol volvió a lastrar el cuadro gerundense, que dispuso de oportunidades para abrir el marcador y negociarlo desde la superioridad en el marcador, nunca apreciable en el campo. Los cambios del verano se revelan con toda su crudeza en el ataque con la pérdida de una dosis de pólvora muy relevante, decisiva, frente a las potencias mundiales a las que les sobran recursos.
Después del gol de Mo Salah, que nunca pudo con Daley Blind, Míchel recurrió a la fórmula antigua con la esperanza de que Portu y Stuani obraran el penúltimo prodigio y escribieran el epílogo al mejor año de la historia del Girona, del que han sido tan partícipes, en la visita culminante que certificaba la gloria de 12 meses inolvidables. Para el 2025 queda aplazada la gesta de la clasificación, que exigirá sendas victorias al Milan en San Siro y al Arsenal en casa.
Los precios, tan criticados por caros, y la mala racha del equipo no impidieron que Montilivi se llenara, como no podía ser de otra manera. Se trataba de un acontecimiento. Como lo será la visita del Arsenal en la última jornada, aunque tenga seis Copas de Europa menos; tal vez el Girona se juegue el pase, pero quedó muy peludo, del calibre de un milagro.
Un Liverpool muy descansado
No ayudó en nada al magullado y desgastado Girona que la caprichosa climatología provocara un temporal en Inglaterra que suspendió el derbi de Liverpool de los rojos contra los azules.
No tenía Arne Slot a nadie a quien darle descanso ni a nadie a quien reservar de cara al próximo encuentro frente al Fulham, aunque la prudencia por el holgado liderato en la Premier y en la Champions y la calidad de la plantilla le invitaran a guardarse alguna carta en la manga. Se le presentó una cómoda ocasión para devolver a Alisson Becker a la portería recuperado ya de su lesión. El brasileño exhibió su flexibilidad en un gran tiro de Asprilla y desanimó a Danjuma en el inicio del segundo tiempo que abría revolucionado el encuentro. Brilló algo menos que Paulo Gazzaniga, el sustento del equipo con sus paradas.
Al galope y con control
El partido siempre estuvo bajo control del Liverpool en muchas fases desmintiendo que sólo sepa jugar al galope, aunque esa sea su principal fórmula para golpear a sus rivales. El Girona cedió terreno y salió desde atrás con criterio, cargando la banda izquierda donde se juntaban Blind, Miguel y Danjuma, que caía a la banda.

Bryan Gil, el delantero del Girona, busca el disparo a la portería del Liverpool en Montilivi. / Jordi Cotrina
De las estampidas del Liverpool y del afán ofensivo del Girona, aunque se rezagara por el control que quiso ejercer el once inglés, entre expectante y prudente por descubrir una sede europea ignota, quedó constancia pronto. Menos de un minuto medió de un elaborado ataque gerundense parido entre Miguel, con fallido remate de Blind y otro al muñeco de Francés -sí, tres defensas en el área inglesa- y el inmediato contragolpe de Salah corriendo solo por la pradera.
Ocasiones desperdiciadas
Los tres delanteros de Michel (Bryan Gil, Asprilla y Danjuma) ocuparon zonas intermedias para que la zaga que lidera Van Dijk no tuviera referencias. Un resbalón de Bryan Gil y un excelente tiro de Asprilla merecieron el gol del mismo modo que Gazzaniga se multiplicó para conservar inmaculado su marco hasta el penalti.
Los precios, tan criticados por caros, y la mala racha del equipo no impidieron que Montilivi se llenara, como no podía ser de otra manera. Se trataba de un acontecimiento. Como lo será la del Arsenal en la última jornada, aunque tenga seis Copas de Europa menos; tal vez el Girona se juegue el pase, pero quedó muy peludo, del calibre de un milagro.
Danjuma tuvo tres ocasiones, y dos las acabó fatal, desviadísimas, antes y después del descanso, que habrían operado un cambio de rumbo que solo iba a darse cuando se abriera el marcador. El plan de partido no disgustaba a los técnicos. Míchel tenía asumida a la superioridad del Liverpool, sin ningún miedo ni complejos en un momento de debilidad anímica del equipo. Pese a que experiencias de similar nivel esta temporada (Barça y Madrid) hubieran resultado dolorosas.
Se batió el Girona con grandeza, insuficiente ante la del Liverpool.
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