El crecimiento del 'running': "Los dorsales 'vuelan' en horas, antes eso no pasaba"

Más de una década, desde 2014, lleva Laura Lambea (45 años) calzándose las zapatillas y saliendo a correr y la aragonesa asegura no haber visto nunca tanta afición por el running en Zaragoza ni tanta gente como ahora. Tanto entrenando como especialmente en carreras, donde hay veces que lo difícil no es completar los kilómetros, sino ganarse el derecho a ello. «Los dorsales ‘vuelan’. Tienes que estar pendiente del dia y a la hora que se abren las inscripciones porque te puedes quedar sin correr, muchas veces se agotan en cuestión de minutos. Eso hasta hace pocos años no pasaba nunca», asegura Lambea.

Su historia con este deporte comenzó una vez fue madre. «Correr me permitía empezar en la puerta de mi casa y volver a ella en poco rato. Era lo que menos tiempo me quitaba del poco que tenía para cuidarme», relata. Por aquel entonces, Laura siempre salía a correr sola y, aunque le picaba el gusanillo de atreverse con algo más, sus ocupaciones no se lo permitían. Eso sí, la zaragozana era asidua a las principales carreras de la ciudad. La de Bomberos, la de la Mujer...he participado en casi todas», asegura. Como cambio más característico de las carreras de ahora con respecto a las de hace una década, la zaragozana apunta a la animación y la expectación durante el recorrido. «Sí que ahora hay mucha más batucadas y charangas. Además, hay muchísima gente animando a los corredores, te conozcan o no», subraya.

Su mira ya está puesta en la media maratón de Zaragoza, aunque no es la primera que corre, y para prepararse en su día también consideró que lo mejor era apuntarse a un grupo de entrenamiento. «Es importante encontrar a alguien que corra a tu mismo ritmo, te ayuda muchísimo. Entre los compañeros se hacen lazos de amistad especiales y siempre te hacen sacar fuerzas de donde no las hay», afirma Lambea. A la aragonesa lo que más le gusta de correr es la «satisfacción personal» que le provoca. «Me ayuda a estar en forma, me canso menos en mi rutina y es un momento de desconexión total del día a día», remata.

A Marina Castillo, zaragozana de 28 años, siempre le ha gustado correr, aunque según ella misma reconoce lo hacía de manera «discontinua y poco organizada». Cierto es que ella practicaba también otros deportes como la natación o era asidua al gimnasio. Pero el pasado otoño la aragonesa quiso dar un paso más y se marcó como objetivo correr una media maratón en el medio plazo.

Pero Castillo, conociéndose, tenía claro que ella sola no iba a poder. «Es un reto personal, pero si lo haces por tu cuenta no te esfuerzas tanto y te escaqueas más», asegura la joven. Por eso, decidió apuntarse a un grupo de entrenamiento de RunningZGZ. «La motivación cuando estás acompañado es diferente, das siempre un plus más cuando tienes a alguien al lado», relata.

Marina está encantada con sus progresos de los últimos meses. «He aprendido muchísimo, me he dado cuenta de lo importante es trabajar con gente cualificada y tener un programa a seguir», confiesa la zaragozana. «Tan importante son los días de entrenamiento como los de descanso para que el cuerpo recupere. Si no lo haces bien ahí es cuando tienes muchas más posibilidades de hacerte daño o lesionarte», explica.

El objetivo es ambicioso, completar los 21 kilómetros de media maratón de Zaragoza, aunque Castillo tiene claro cuál es su verdadero desafío. «Yo corro para pasarlo bien y lo que quiero es disfrutar la carrera, no sufrirla», comenta. Eso es lo que hace en cada entrenamiento que contempla. «Claro que a veces da pereza, pero cuando acabo te sientes realizado, es como una felicidad plena», argumenta.

Desde que comenzó a tomarse en serio el running, Marina ha corrido ya la mayor parte de las pruebas zaragozanas, de las que destaca su atmósfera. «He participado en la Carrera de la Mujer, en la de Empresas, en la del Roscón e incluso en la de Papá Noel», enumera la aragonesa. «Son días divertidos, el ambiente es muy bueno. Normalmente se me pasan volando, aunque 21 kilómetros son muchos. Creo que será diferente», augura Castillo.