Fútbol
Una chilena de Diego García en el descuento le da el triunfo al Leganés en el derbi contra el Getafe
El delantero madrileño consigue, en el único tiro a puerta del partido, un triunfo sanador para los de Borja Jiménez en un partido muy competido y pasado por agua
El Leganés y el Getafe empataron en el derbi del sur de Madrid, pasado por agua. Los paraguas pusieron a prueba la resistencia de los valientes que acudieron a Butarque tras decir que 'no' a un aperitivo o comida familiar. Un partido sin ataques y con defensas parapetadas en un paraguas que repelió cualquier ocasión manifiesta de gol. Como si nada hubiera pasado. Los narradores se esforzaron en cantar cada acercamiento para sentir que no estaban perdiendo el tiempo, como hicieron dos equipos anulados por el miedo a perder. Hasta que Diego García, el 'Balón de Oro de Madrid', salido de un banquillo humedecido, armó una chilena que conquistaría un continente. Un gol espectacular para el primer triunfo del Leganés sobre el Getafe en la máxima categoría que da un respiro a los pepineros y vuelve a preocupar a los azulones.
Una batalla de empapados y sin ocasiones claras
Nadie podría denunciar el Leganés - Getafe por publicidad engañosa. Un duelo entre dos equipos con la necesidad de puntuar, agudizada en los locales, que prepararon un ambiente hostil para los visitantes, que, en realidad, son los vecinos. El fútbol desencadena el odio desde la proximidad. En la primera vuelta, este derbi del sur de Madrid batió el récord de cánticos denunciados. Más que en cualquier Real Madrid - Atlético. El orgullo de ser el mejor en tu territorio. La climatología no ayudó al desarrollo de un partido que iba a ser conflictivo por su propia naturaleza. Sensación térmica de helada. No nevó, pero las condiciones eran para propicias para ello.

1-0. Una chilena de Diego García convierte una siesta en fiesta / .
Bordalás y Borja Jiménez se refugiaron en el banquillo como si fueran una marquesina, aunque la voluntad de dar instrucciones les podía a ambos. El alicantino vio cómo su gomina se mezclaba con agua y el chubasquero del abulense probó si efectivamente era impermeable. El estilismo del Leganés - Getafe era más tosco, con un juego aéreo interminable que examinó a Muñiz Ruiz, sustituto del lesionado Munuera Martínez. No le ayudaban sus asistentes, que obviaron dos córners, las únicas tentativas verdaderas del conjunto pepinero, el único que ponía algo de su parte para incomodar a un Getafe que tenía claro plan de partido: jugadas a balón parado y poco tiempo efectivo.
Un encuentro durísimo, con decenas de despejes. La paradoja del Leganés, al que se le dan mejor los equipos fluidos como el Barcelona o el Atlético, a los que ha ganado en un campeonato que se le ha vuelto cuesta arriba. A los de Bordalás les bastaba llegar con vida hasta el final, porque el ahorro de puntos a estas alturas de la temporada asegura una existencia menos dramática que la de los del municipio adyacente. Al descanso se llegó con un chaparrón y un susto en la grada al que respondieron David Soria y Miguel de la Fuente. Futbolistas implicados con los que hacen posible su trabajo. Una indisposición y un detalle muy humano que no sucede en todos los campos.
Diego García se inventa una victoria
Para el derbi del sur de Madrid hay que prepararse. Mejor, en el gimnasio, porque el desgaste físico es fundamental. El balón es una excusa que se mueve entre los contactos de dos equipos con una propuesta más abierta en el caso del Leganés. Con todo, cero remates a puerta en la primera hora de juego. A pesar de los miedos y las inquietudes en dos rivales que esperaban el error del contrario. No es la manera más atractiva de llevarse la victoria, aunque en un partido a las 14:00 horas con diluvio asistido es más que válida.
Tan pocos eventos pasaban en el derbi, que la primera amarilla llegó en el 70 para Javi Hernández, aunque Muñiz Ruiz, que sangró por la nariz debido a un golpe, ya había expulsado a Juanjo Valencia, entrenador de porteros del Leganés. La mayor responsabilidad la tenían Dmitrovic y David Soria. Y por fin, a 14 minutos para el final, Dani Raba, el más activo del partido, tuvo la ocasión más clara del partido con un remate que se marchó cerca de la cepa del palo.
Óscar Rodríguez, de falta, provocó una ilusión óptica que parecía adelantar al Leganés. Pero la realidad más dura para el Getafe llegó en un remate antológico de Diego García, quien de chilena amarró los tres puntos en el derbi de Madrid. Una jugada rupturista en un encuentro entre iguales que decidió un hombre que se había calado en el banquillo. El protagonista correcto en el lugar idóneo. Un obrero del gol que llevó al éxtasis a su parroquia para conquistar tres puntos y, de paso, la titularidad.
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