CHAMPIONS LEAGUE | PSG 0-1 LIVERPOOL

El PSG apabulla pero el Liverpool gana en el Parque de los Príncipes

Un gol de Harvey Elliot a falta de cuatro minutos hunde al equipo de Luis Enrique, que deslumbró y pasó por encima de los ingleses, pero fue incapaz de marcar

Harvey Elliott noquea al PSG

Harvey Elliott noquea al PSG / EFE

Era, o es, la eliminatoria estrella de estos octavos de Champions. Cara a cara los dos gigantes más en forma del continente. Uno llevaba hasta este partido 10 victorias consecutivas con una media de cuatro goles; el otro, acumula una ventaja de 13 puntos en la cabeza de la Premier. Por lo visto en la primera manga, el PSG juega como un tornado, pero el Liverpool es una roca que se rió del Parque de los Príncipes.

Se defendió sin complejos toda la noche, sin hacer cosquillas a los parisinos, y cuando nadie podía creerse que el cuadro de Luis Enrique no marcara, un único contragolpe en la recta final bastó a los ingleses para arrancar una victoria inesperada (0-1). Aun así, en Anfield queda mucho por decir.

Los tres aviones

El PSG apabulló al equipo de Arne Slot. Dijo en la previa el técnico español que el Liverpool posee tres aviones arriba, en particular para jugar al contragolpe. ¿Y qué tiene él? Kvaratskhelia, Dembélé y Barcola sobrevolaron como bombarderos por encima de los 'reds'. Deslumbrantes los tres. Lo único que les faltó este miércoles fue puntería.

Cuesta explicar que al descanso se llegara al 0-0. De tener el fútbol lógica, deberían los jugadores parisinos haberse ido al reposo con una ventaja de dos o tres goles. Y ya puestos, con un hombre más, porque Konaté debería haber sido expulsado por un empujón a Barcola cuando encaraba sin nadie a la vista al portero del Liverpool. Muy cuestionable la revisión del VAR. Para armar ruido.

EL VAR anuló también un gol de Kvaratskhelia, fichaje invernal, por un fuera de juego por un talón. El georgiano ofreció su mejor rendimiento desde que llegó a París procedente de Nápoles. Muy dinámico, muy participativo en la oleada de oportunidades que fabricó el PSG. Lo mismo que Dembélé, pura electricidad en el extremo, donde deambuló más minutos que en el centro.

El PSG llevaba 26 remates, por solo uno del Liverpool, cuando Luis Enrique movió a su delantera, a ver si alguno salía con el punto de mira menos nublado. Desire Doue y Gonçalo Ramos descubrieron también la infalible agilidad de Alisson Becker, que parecía jugar con ocho manos. Un portento de reflejos.

El Liverpool se blindó y jugó a resistir, a que todo se decidiera en Anfield, y el portero Alisson adquirió un protagonismo capital. Arne Slot quitó a dos de sus tres aviones. Solo salvó a Salah, que por algo lleva 30 goles y 20 asistencias este año y con él puede ocurrir de todo. Esta vez nada pasó y también acabó por reemplazarle. Se fue con el gesto contrariado, que le duró poco. Su sustituto, Harvey Elliot, marcó en su primer contacto con el balón a cuatro minutos del final. El mérito de la jugada fue de Darwin Núñez, peleón y asistente en la jugada.

Los jugadores, los técnicos y los espectadores se quedaron con cara de perplejidad. ¿Cómo había sido posible? ¿De dónde vino este gol? El Liverpool se llevó más de lo que merecía y Luis Enrique se quedó momificado. No hacer nada mal y perder. Cosas del fútbol. A ver qué ocurre la semana que viene en Anfield.

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