La montaña en Aragón. De comarca en comarca

En el reino de la garnacha

El Campo de Borja se extiende a la sombra del Moncayo vertebrado por el caudal del río Huecha y trufado de viñedos, oliveras y almendros entre imperdibles localidades con historia. Su orografía otorga alternativas de excursiones sin grandes pendientes con atractivos culturales o rutas más montañeras y exigentes a un paso de Zaragoza

El Palacio de los Condes de Bureta es uno de los atractivos de la etapa.

El Palacio de los Condes de Bureta es uno de los atractivos de la etapa. / SERVICIO ESPECIAL

Sergio Ruiz Antorán

Sergio Ruiz Antorán

Huesca

BORJA-MAGALLÓN. VÍA VERDE ESCACHAMATAS

Detrás del chacachá del tren del ‘chufla, chufla’

Esta misma semana la web del Centro de Estudios Borjanos transmitía la esperada noticia de la recuperación de esta Vía Verde que lleva años planteada. La Asociación de Promoción Turística de la Ruta de la Garnacha quiere revalorizar un recurso que revitaliza al tren económico que conectaba Borja con Cortes y que guarda una curiosa anécdota. En la película ‘Nobleza Baturra’ de Florián Rey (1935) se retrataba la cabezonería baturra cuando el fulano en su borrico se negaba a ceder el paso a este ferrocarril a la voz de ‘¡chufla, chufla!, como no te apartes tú’.

Saldremos de Borja enfilando hacia Magallón por la antigua línea de las vías escoltados por el color de viñas de buenos caldos. La salida la haremos de la antigua estación, ahora instituto IES Juan de Lanuza. No hay pérdida, es todo recto, teniendo cuidado con el tráfico de ciclistas. Pasaremos pronto por el pueblo de los Arcega, Ainzón, con su abandonada estación y, un kilómetro después, atraparemos Albeta.

La siguiente parada de este chacachá es Bureta, que no solo esconde en su Palacio un extenso archivo o el recuerdo de la heroína de los Sitios, también es una joyita que invitamos a conocer bajo la guía del propio conde. Antes de volver al camino, parar en el bosque encantado con figuritas, ideal para niños. Sigamos. A dos kilómetros queda Albarite de San Juan y, tras el paso de la carretera nacional por un paso a nivel, alcanzaremos finalmente Magallón (12 kms.) aunque es posible continuar por el PR-Z 180 hasta Novillas. 

BULBUENTE. PR-Z 168 DE BORJA A BULBUENTE

El icono del ‘Ecce Homo’ y la leyenda de la Mora

La iconoclasia sin querer de Cecilia Giménez Zueco viralizó Borja cuando no sabíamos ni quién era Elon. Su deconstrucción del Ecce Homo del Santuario de la Misericordia es conocida hasta en Tombuctú. Imán de curiosos entre las risas pecadoras y el bondadoso perdón a la adorable autora, se ha convertido en penitencia de devoción a la torpeza. Peregrinemos en penitencia desde Borja a Bulbuente siguiendo el PR-Z 168 hasta la tumba de una mora enamorada.

Salimos por la antigua carretera en dirección a la Muela Alta. No hay pérdida, es camino santo. Por aquí transcurre el ramal castellano aragonés del Camino de Santiago. A la vera del asfalto pasaremos por la ermita del Santo Sepulcro y, a los pocos metros, giramos a una pista que sube al santuario y saludamos a la famosa pintura.

La hoya fluvial guarda el mito de la princesa con el Moncayo detrás.

La hoya fluvial guarda el mito de la princesa con el Moncayo detrás. / SERVICIO ESPECIAL

Sigamos por el Vía Crucis hasta la ermita del Calvario y circundando el cerro hasta un mirador sobre el valle de la Huecha, Bulbuente y Ambel. Continuamos hasta un cruce que nos deriva a la cercana cantera. Es ahí donde abandonamos las señales amarillas de la concha santiaguera que va hacia Tarazona y nos lanzamos rumbo al sur siguiendo las marcas del PR-Z 168 por camino y cuidando con los cruces. Antes de llegar al pueblo es interesante desviarse a la Dolina de la Mora Encantada, que guarda la leyenda de una princesa mulsumana enamorada, protagonista del mercado medieval de Bulbuente, final de esta etapa.

TALAMANTES. PEÑAS DE HERRERA 

Una conquista de muelas con trepadeta de propina

Amantes de las trepadetas, vayan a Talamantes. La silueta de las Peñas de Herrera muerde el cielo camuflando castillos de rocas. Una sencilla ruta con el ingrediente de quemar adrenalina por una canal bien equipada para completar esta dentadura de muelas en pleno Parque Natural del Moncayo.

Hay que seguir el GR 90 desde el casco de Talamantes. Bajaremos primero al barranco de Fuendeherrera para cruzarlo por una pasarela y remontarlo hacia los llanos áridos del Collado de Valdelinares. Aquí, sin sendero marcado, podemos tirar a la ascensión de la Peña Gotera, una mole de fachadas verticales que se doma por su lado más generoso y herboso. Hagamos este desvío o no, pisamos el collado de las Peñas para rodear el impresionante molar de la de Enmedio hasta hallar el paso, bien hitado, sin dificultad, a su cima.

Las Peñas de Herrera dejan el sabor de una divertida experiencia.

Las Peñas de Herrera dejan el sabor de una divertida experiencia. / SERVICIO ESPECIAL

Bajamos por el mismo camino y recuperamos las señales del GR para flanquear la imponente Peña del Camino hasta avanzar por los trazos de senda que repta de forma vertical cerca del paredón. Encontramos la canal de acceso, con una cueva interior, y un pasamanos que nos ayuda a coronar la cota con ciertas habilidades acrobáticas. Hay buenos agarres, pero la estrechez incomoda. Bajar con cuidado rapelando por la cuerda.

Tras la aventurilla, el Alto del Picarrón es pan comido, ascendiendo por un pasillo petreo. Hecha esta cota, damos media vuelta o buscamos el otro ramal del GR por el cordal hasta el Collado del Campo y bajamos por el barranco Valdetreviño hasta Talamantes.

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