Florentino planta a Laporta y Louzán en la cena oficial de la final de la Copa del Rey

El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, no acudirá este viernes a la cena oficial de la final de la Copa del Rey, en la que sí está prevista la presidencia del presidente del Barça, Joan Laporta, así como la de Rafael Louzán, máximo mandatario de la RFEF, organizadora del torneo.

El dirigente blanco no estará este viernes en Sevilla, como ha adelantado Cope, y a priori será Emilio Butragueño, director de relaciones institucional del club, quien represente al Real Madrid. Hace dos años, en la última final de Copa jugada por el club madrileño, frente a Osasuna, Florentino Pérez sí acudió a este evento.

Los precedentes

Del mismo modo, el presidente del Real Madrid participó de los actos protocolarios de la final de la Supercopa en Yeda, ya con Louzán como anfitrión y con Laporta como acompañante. En el último clásico liguero, disputado en el Bernabéu, sin embargo, no hubo comida entre las dos directivas.

En principio, se prevé la llegada de Florentino Pérez a Sevilla a lo largo del sábado para ocupar su asiento en el palco de La Cartuja. No obstante, habrá que esperar acontecimientos, puesto que en el Real Madrid han sentido fatal las declaraciones del VAR del encuentro, Pablo González Fuertes, en la rueda de prensa de los árbitros previa al partido. Hay medios que, de hecho, están informando de que el club blanco ha reclamado su sustitución por otro colegiado para la final de este sábado.

El Madrid y los árbitros

En esas declaraciones, González Fuertes ha acusado indirectamente a Real Madrid TV de poner "la diana en la cabeza de un compañero" con sus ya famosos vídeos arbitrales. "Cuando hablas de robo y usas palabras malsonantes, genera en los aficionados una frustración que pagan con el niño y la niña que cogen un silbato y tienen que pitar un partido infantil", ha añadido el VAR de la final.

El asunto arbitral es, justamente, el que mantiene agrietadas las relaciones de Florentino Pérez con Laporta y Louzán. En el primer caso, por el caso Negreira; en el segundo, por las continuas quejas blancas hacia el estamento, con acusaciones públicas de actuaciones presuntamente premeditadas en su contra.