Alpinismo
50 años de la gesta de Junko Tabei, la primera mujer que escaló el Everest
"Cualquiera con dos pies que pueda caminar, puede escalar", defendía Tabei, que siempre se definió a sí misma como "un ama de casa que sube montañas"

JunkoTabei, en una imagen de archivo
Con un esfuerzo sobrehumano, logró llevar sus escasos 50 kilos de peso a los 8.848 metros de la montaña más alta de la Tierra. Ocurrió el 16 de mayo de 1975: pronto se cumplirán 50 años, pero en un día en un día que recuerda y homenajea a las mujeres que no se resignaron al papel que la sociedad había reservado para ellas, conviene adelantar unos meses los homenajes para rescatar la figura de la japonesa Junko Tabei, la primera mujer que holló la cima del Everest.
Tabei fue una de esas mujeres: ya en 1966 había fundado en su país el primer club de montaña formado por mujeres, el Joshi-Tohan Club, traducido como 'Ladie’s Climbing Club', cuando se cansó de ser rechazada por muchos hombres, que se negaban a que formase parte de su cordada.
"Casi todos los fines de semana salía a una zona de montaña, y durante la semana después del trabajo, entrenaba. Comencé a soñar con ir al Himalaya con un equipo formado solo mujeres. Por esa razón, formamos el 'Ladie’s Climbing Club", contó tiempo después.
Annapurna III, primera gran escala
Cuatro años después de la fundación del club, Tabei ascendió la cara Sur del Annapurna III (7.555 metros) por una nueva ruta. El mundo estaba ante una enorme alpinista, pero no todos lo sabían. Su vocación, nacida al calor de una excursión infantil al volcán Nasu, una de las cumbres míticas de Japón, la llevaría a lo más alto. Literalmente.
La ascensión al Annapurna III en 1970 impulsó a Tabei a otra dimensión: se marcó la meta más alta posible, el Everest, aun siendo plenamente consciente de que la empresa rozaría lo imposible. Empezó a tramitar los permisos necesarios para atacar el pico más alto del planeta, pero las autoridades de Nepal se los negaban continuamente. Pronto supo que la burocracia y los prejuicios serían tan duros de escalar con las laderas del Everest. Finalmente, llegaron los permisos, entre otras razones porque la ONU declaró 1975 como el Año de la Mujer.
Guantes y conservas
Y el dinero, claro. Los patrocinadores le cerraban las puertas, ("las mujeres tienen que estar criando niños", les decían), aunque finalmente, Nippon Television y el diario 'Yomiuri Shimbun' aportaron los fondos. Sus compañeras del club también aportaron: se dedicaron a fabricar guantes a partir de las telas de los asientos de coche reciclados, recogieron alimentos en conserva en los colegios y compraron plumas de ganso para elaborar sus sacos de dormir.
Logrados los permisos y recaudado el dinero, Tabei se plantó en Katmandú en mayo de 1975. Para entonces ya estaba casa y era madre de una niña de tres años. Atrás quedaban sus complejos, marcados por su origen rural (era de un pueblo cercano a Fukushima) y por el hecho de haberse sentido rechazada por otros alpinistas. "Cualquiera con dos pies que pueda caminar, puede escalar", decía.
A la hora de preparar la ruta del Everest, Tabei eligió el camino que años antes, en 1953, había llevado a Edmund Hillary y a Tenzing Norgay a convertirse en los primeros hombres en hollar el techo del mundo.
Una avalancha casi mortal
En pleno ascenso, la muerte le pasó de cerca: Tabei y sus compañera fueron sorprendidas por una avalancha a 6.300 metros de altitud, pero la rápida intervención de los sherpas, liderados por Ang Tshering, las rescató sanas y salvas.
"Poco después de la medianoche del 4 de mayo, estábamos durmiendo en una tienda de campaña en el campamento 2. Sin ninguna señal, enterradas bajo la nieve. Estaba enredada en la tienda, comencé a sofocarme y pensé en cómo hablarían de nuestro accidente. Pero los sherpas que nos acompañaban nos rescataron. Tuvimos suerte, aunque estuve tres días sin poder caminar", rememoraba.

La alpinista japonesa Junko Tabei (i), que alcanzó la cima del Everest el 16 de mayo de 1975 y se convirtió en la primera mujer que lo lograba, es condecorada por el rey Birendra de Nepal el 31 de mayo de aquel año. A la derecha, la reina Aishwarya. EFE/svb / EFE
Finalmente, el 16 de mayo de 1975, Tabei hizo historia. Acompañada de Ang Tshering, pisó la cumbre del Everest. De vuelta a casa, recibió un sinfín de homenajes, incluido el del emperador de su país. "Pasaron dos meses hasta que pude instalarme en casa", recordó, "mi hija de tres años tenía miedo de todas las cámaras".
Solo once días después, otra mujer holló la cumbre del Everest: fue la tibetana Phantog, tras haber ascendido por la vertiente norte junto a ocho hombres. También ese año ascendió a un ochomil la primera cordada femenina en estilo alpino, formada por las polacas Anna Okupinska y Halina Krüger-Syrokomska, que alcanzaron los 8.035 metros del Gasherbrum II.
Tabei nunca dejó de escalar montañas: en 1992 se convirtió en la primera mujer en ascender las Siete Cumbres (las más altas de los seis continentes más Norteamérica) y en 1995 fue en la primera 'leopardo de las nieves' (ascensión de las cinco cumbres de 7.000 metros de la antigua Unión Soviética).
Llegó a escalar las 76 montañas más altas de 76 países, entre ellas, el Kilimanjaro (Tanzania, 5.895 metros), el Aconcagua (Argentina, 6.961 metros) o el Vinson, que con sus 4.892 metros es el punto más alto de la Antártida.
También fue una destacada activista medioambiental, que viajó por más de 50 países ofreciendo conferencias: fue muy crítica contra lo que llamaba el 'turismo de montaña', que tanta basura dejaba y sigue dejando en las cumbres más altas del planeta. Sus hijos, Noriko y Shinyam, han recogido el testigo de su madre y mantienen viva su memoria y su lucha por un planeta más limpio.

El Doodle de Google en honor a Junko Tabei / Google
"Una ama de casa que escala montañas"
Pese a sus enormes gestas como alpinista, Tabei siempre habló de sí misma con humildad. Se definía como "una ama de casa que escala montañas".
En 2008 le concedieron el premio 'Mountain Hero Award' del instituto de la montaña de Washington. Falleció en 2016 en Tokyo, a los 77 años, víctima de un cáncer.
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