Toño Cascante, el entrenador que ha ascendido al Illueca y triunfa en el tardeo de Zaragoza: "No tengo ni un día de fiesta"

Ser entrenador es algo vocacional, se siente, se vive, se sufre, se disfruta, pero en muy pocos casos te da rendimientos económicos suficientes para poder subsistir. Vivir del fútbol sigue estando al alcance de muy pocos porque los clubes tienen recursos muy limitados. Casi todos los entrenadores en Aragón tienen otro trabajo y hacen malabares para poder ir a entrenar durante toda la semana. Algún valiente como Toño Cascante, padre de tres hijos, ha conseguido compaginar su labor como entrenador del Illueca, recién ascendido a Tercera RFEF, con la de ser empresario de tres exitosos negocios en Zaragoza.

"Toca multiplicarse, quitarle horas a la familia, madrugar mucho más e intentar compaginar todo, ya que no tengo ni un día de fiesta", explica Cascante. Y es que el fútbol y el trabajo te quitan al final del día una gran cantidad de tiempo. "Los fines de semana son todo de fútbol cuando toca y por la tarde en el club, que es cuando más gente tenemos. Durante la semana toca madrugar mucho para avanzar en todas las tareas posibles y así poder pasar el tiempo necesario con mi familia", añade.

Además de entrenar al Illueca, Toño Cascante cuenta con tres empresas en la capital aragonesa. SuperHits, QUEENS Lounge Club y Fisioterapia Readapta son las tres culpables de que al zaragozano le falten horas al día. Además, los dos primeros negocios son un completo éxito en el tardeo de Zaragoza. "Es difícil, pero al ser vocacional se hace más ameno. Hay dos partes, la profesional y la lúdica y van de la mano. Además, muchas veces vienen amigos y clientes del fútbol a las demás empresas", explica Cascante sobre cómo es capaz de gestionar su ajetreada vida.

El fútbol siempre da la revancha

La temporada de Toño Cascante al frente del Illueca no ha sido un camino de rosas, aunque haya cumplido con el objetivo de ascender a Tercera División. El entrenador todavía arrastraba a principios de campaña un problema de salud, que le había obligado a pasar por quirófano en tres ocasiones durante los últimos dos años. Además, durante su última intervención por unos problemas de espalda, el zaragozano tuvo que luchar contra una bacteria que le obligó a apartarse del banquillo durante las últimas ocho jornadas del año pasado en las que su antiguo club, el Valdefierro, descendió a Primera Regional.

"Han sido dos años complicados por motivos de salud hasta el punto de que presenté la dimisión con el Valdefierro a falta de doce jornadas, no se aceptó y, cuando restaban ocho partidos para finalizar la temporada, tuve si o sí que marcharme porque no aguantaba más", comenta Cascante sobre cómo vivió esos momentos tan duros a nivel profesional, pero sobre todo a nivel personal.

Dos mundos de carácter dispares

Toño compagina su labor como entrenador del Illueca con la gestión de dos clubs nocturnos muy exitosos en el Tardeo de Zaragoza y una clínica de fisioterapia. "Independientemente de dedicarnos a la hostelería, nosotros lo entendemos que si se cuida bien a la gente y que haya cosas saludables son dos mundos que se pueden compaginar. Además, nosotros hemos hecho campañas de ayuda contra el ELA y muy dirigidas hacia el ámbito deportivo. Pueden ir unidos los dos mundos, pero con control", finaliza Cascante.

Ahora el entrenador afronta una nueva temporada en la que se estrenará en Tercera División con el Illueca llevando el cartel de recién ascendido mientras sus empresas siguen funcionando en plenitud. Todo hace indicar que Toño va a continuar con mucha carga de trabajo, aunque mantendrá su ilusión y pasión por el fútbol con el objetivo de salvar a su equipo y continuar su ajetreada vida como empresario que empezó con solo 22 años.