MUNDIAL DE CLUBES

Las estrellas y los estrellados de la fase de grupos del Mundial de Clubes

Terminada la fase de grupos del torneo que se celebra en Estados Unidos, llega el momento de valorar el desempeño de los grandes protagonistas antes de empezar las eliminatorias

Las estrellas y los estrellados de la fase de grupos del Mundial de Clubes

Las estrellas y los estrellados de la fase de grupos del Mundial de Clubes / Agencias

Àlex Calaff

El revolucionario torneo de Infantino ya ha quemado su primera etapa: la fase de grupos. El Mundial de Clubes desembarcó en Estados Unidos con varias dudas: el nivel de los participantes y los colegiados, la asistencia en los partidos, la importancia que tendría el show en el país del soccer... Lo cierto es que, poco a poco, se han ido mejorando aspectos que podían lapidar la competición antes de tiempo. Sin embargo, ahora llega el momento de la verdad: las eliminatorias.

Los partidos entre Salzburgo y Real Madrid, y Al Hilal y Pachuca, echaron el cierre a la primera fase de grupos de la historia del nuevo Mundial de Clubes. Un formato que emula al Mundial de selecciones, con 32 equipos, y que, si no cambia nada, se disputará cada cuatro años.

Christian Gray, el profesor que todo el mundo quiere

Ni los propios jugadores del Auckland City, que compaginan el fútbol con otras profesiones para mantener vivo su sueño, esperaban marcar un solo gol en este Mundial de Clubes. Pero la historia tenía reservado un momento mágico: fue el defensa Christian Gray, profesor de Educación Física, quien escribió su nombre en la hisrtoria del torneo en el último partido del conjunto neozelandés en Estados Unidos.

Tras caer por 10-0 ante el Bayern y 0-6 frente al Benfica, el Auckland solo quería regresar a casa con un pequeño motivo para sonreír. Y lo encontró. El gol de Gray, a sus 28 años, no solo les permitió empatar ante todo un Boca Juniors (1-1), uno de los gigantes de Sudamérica, sino también sumar un punto y embolsarse un millón de dólares, que se repartirán entre toda la plantilla.

Christian Gray celebra su gol, el del empate ante Boca Juniors, con sus compañeros de Auckland City

Christian Gray celebra su gol, el del empate ante Boca Juniors, con sus compañeros de Auckland City / EFE

Es muy surrealista. Lo más grande para mí es hacer feliz al club. Ha sido un camino largo y duro, tanto para mí como para todos. Estoy emocionado”, confesaba el héroe inesperado al terminar el encuentro. Al regresar a su instituto, lo recibirán como lo que ya es: una leyenda. Gray tuvo que pedir 25 días de vacaciones para disputar el torneo. Hoy, su gol ya forma parte de la historia del Mundial de Clubes. Nadie olvidará su nombre. Ni el de su equipo: el humilde Auckland City.

Ni soccer ni fútbol, futebol

No se les daba demasiada importancia en la previa, pero los equipos brasileños desembarcaron en Estados Unidos con fuerza. Ganadores de la Copa Libertadores en 2021, 2022, 2023 y 2024, Palmeiras, Flamengo, Fluminense y Botafogo se ganaron por méritos propios su billete al Mundial de Clubes. Cuatro representantes. Cuatro motivos para temer a Brasil.

Brasil clasifica a sus cuatro representantes a octavos del Mundial de Clubes

Brasil clasifica a sus cuatro representantes a octavos del Mundial de Clubes / EFE

Y así fue desde el primer partido. Tras la fase de grupos, nadie se atreve ya a ponerlo en duda: medirse a un equipo brasileño es un auténtico 'marrón'. Si Sudamérica ha plantado cara a Europa, ha sido gracias a ellos. Palmeiras y Flamengo avanzaron como líderes, mientras que Botafogo y Fluminense sellaron su pase con sendos segundos puestos más que convincentes. En octavos, habrá mínimo un brasileño en cuartos: Verdao o Fogao.

El 'Flu' y el 'Fla', por su parte, buscarán acompañar al ganador de ese duelo superando a dos gigantes: el Inter de Milán y el Bayern de Múnich. Menospreciarlos sería una irresponsabilidad. Alegría, desparpajo, presencia física, sacrificio y lucha. Así se define este póker de brasileños que ha vuelto a recordar al mundo que en el fútbol aún hay samba para rato.

Eterno Leo Messi

El astro argentino es único e irrepetible. Como reconoció Javier Mascherano, entrenador del Inter Miami, el equipo de la MLS -invitado al torneo por Infantino tras conquistar la Supporters' Shield- no tiene el nivel para competir en el Mundial de Clubes... aunque sí tiene a Leo Messi. Solo él podía conseguir que Las Garzas superaran el Grupo A.

Emparejado con Al-Ahly, Palmeiras y Porto, el Inter Miami tenía fecha de caducidad en el torneo: tres partidos y vuelta a casa. Bueno, a la rutina, porque juegan en casa: son los anfitriones. En el debut, contra el conjunto egipcio (0-0), la madera le negó el gol al '10' y también tres puntos vitales. Parecía que el sueño se esfumaba. “Cuando encontramos a Messi, tuvimos opciones. Ese es el camino”, decía su técnico tras el encuentro.

Y lo encontraron. Lo hizo ante el Porto, como tantas veces. Con un golazo de falta directa, el jugador de 38 años lideró la remontada (2-1) y mantuvo con vida a su equipo. En la última jornada, el empate ante Palmeiras (2-2) supo a poco: Las Garzas ganaban 2-0, estaban clasificadas para octavos… pero se les escapó el triunfo.

Leo Messi fue el autor del segundo tanto de Inter de Miami ante el Porto

Leo Messi fue el autor del segundo tanto de Inter de Miami ante el Porto / EFE

Messi abandonó el Hard Rock Stadium con el ceño fruncido, mirando al suelo y negando con la cabeza. Acababa de lograr un hito histórico con su club, pero no estaba satisfecho. El empate les empareja en octavos con el temido PSG, su exequipo. Los años pasan, pero su ambición sigue intacta. ¿Podrá liquidar a los parisinos?

Simeone, un discurso que sabe a poco

Uno de los grandes accidentes del torneo lo protagonizó el Atlético de Madrid. Es cierto que compartía grupo con el mejor equipo del mundo, el Paris Saint-Germain de Luis Enrique, reciente campeón del triplete tras conquistar la primera Champions League de su historia con un demoledor 5-0 ante el Inter de Milán. Pero el papel del conjunto rojiblanco en Estados Unidos fue sencillamente decepcionante.

El debut fue una bofetada de realidad: 4-0 frente al PSG. Un golpe que les quitó el jet lag de cuajo y que complicó, desde el primer momento, sus opciones de avanzar a octavos. Las victorias posteriores frente al Seattle Sounders (3-1) y Botafogo (1-0) no bastaron: el goal average negativo los condenó a hacer las maletas antes de tiempo.

Lo más preocupante llegó después, en sala de prensa. Su entrenador, Diego Simeone, trató de justificar la eliminación con un discurso que no sentó bien: “Hicimos los mismos puntos que el campeón de la Champions y el de la Libertadores...” decía el técnico argentino. Una frase con sabor a excusa que caló mal en una parte de la afición, cada vez más cansada de vivir instalados en la segunda fila del fútbol europeo.

Simeone, en el banquillo del Rose Bowl

Simeone, en el banquillo del Rose Bowl / EFE

Por un lado, el Atlético presume de competir de tú a tú contra Barcelona y Real Madrid, pero acumula cuatro temporadas consecutivas en blanco. Y nada cambia. Parecen haberse acomodado al papel de 'tercero de LaLiga' o de 'buen equipo en Europa', sin dar ese salto que les acerque a la élite absoluta. La justificación habitual es el presupuesto, inferior al de los gigantes españoles. Pero entonces llega la comparación incómoda: Botafogo, con un presupuesto cuatro veces menor que el rojiblanco, sigue vivo tras sobrevivir en el grupo más exigente del torneo. El discurso del ‘Cholo’ ya no basta. Y el Atleti se enfrenta a una pregunta peliaguda: ¿quieren competir… o solo parecer que lo hacen?

El Porto, a casa y por la puerta de atrás

Otra gran decepción de este Mundial de Clubes ha sido el Oporto de Anselmi. El conjunto portugués, histórico de la Liga NOS y habitual en las fases finales de la Champions League, no fue capaz de ganar un solo partido en un grupo, a priori, bastante accesible: el Grupo A.

El debut, ante Palmeiras, dejó malas sensaciones. Un 0-0 en el que los brasileños dominaron varios tramos del partido y dejaron en evidencia la falta de ideas del equipo luso. En el segundo duelo, llegó el desastre: remontada del Inter Miami (2-1) con un Leo Messi que, una vez más, maquilló las carencias de su equipo. Para cerrar la fase de grupos, otro tropiezo: 4-4 ante el Al-Ahly egipcio, en un partido caótico en el que los 'Dragones' mostraron más descontrol que autoridad, y evidenciaron una fragilidad defensiva preocupante.

Richard Ríos, durante el partido ante el Porto

Richard Ríos, durante el partido ante el Porto / AP

Ni la calidad de nombres como Pepe, Gabri Veiga, Omorodion, Alan Varela o Rodrigo Mora bastó para superar a rivales de menor nivel y procedentes de ligas claramente menos competitivas. El balance final -dos puntos de nueve posibles- certificó una eliminación por la puerta de atrás y dejó al Porto con el cartel de 'gran decepción' colgado al cuello. Un equipo construido para competir que no ha estado ni cerca de hacerlo.

Lección de humildad a Argentina

El empate de Boca Juniors ante Benfica en su debut (2-2) despertó un entusiasmo desbordado en Estados Unidos. El ‘Xeneize’ rozó la victoria en un duelo en el que volvió a brillar la mítica ‘garra’ argentina, dejando claro que no habían viajado al Mundial de Clubes solo para participar. Días después, River Plate vencía con autoridad al Urawa Red Diamonds (3-1), alimentando aún más la ilusión albiceleste.

Antes de cerrar la fase de grupos, ambos equipos se veían prácticamente en octavos. Los hinchas de Boca ya soñaban con plantar cara al Bayern de Múnich, y daban por hecho un triunfo aplastante ante el modesto Auckland City, goleado 10-0 en su estreno. Por su parte, los seguidores del ‘Millonario’ ni siquiera contemplaban a Monterrey como un obstáculo real, y daban por hecha su clasificación tras vencer al campeón japonés.

Edinson Cavani, capitán de Boca Juniors

Edinson Cavani, capitán de Boca Juniors / AP

Pero el fútbol, como tantas veces, volvió a repartir humildad. Boca cayó ante el Bayern (2-1) y protagonizó uno de los grandes bochornos del torneo al empatar 1-1 ante Auckland City, un equipo semiprofesional. Edinson Cavani trató de quitarle hierro al desenlace, pero la realidad era incontestable: el primer argentino de vuelta a casa, tras un partido que muchos creían resuelto antes de empezar. "Les metemos 15”, decían los hinchas en la previa.

Acuña acabó el partido contra el Inter completamente alterado

Acuña acabó el partido contra el Inter completamente alterado / Ap

River Plate no tardó en seguir el mismo camino. El empate ante Monterrey (0-0) dejaba todo pendiente del último choque frente al Inter de Milán, finalista de la Champions. Los mexicanos habían logrado rascar un punto ante los italianos; los de Marcelo Gallardo, en cambio, cayeron por 2-0 y se despidieron de Estados Unidos con expulsiones, mucha frustración y algún objeto lanzado desde la grada. Un adiós amargo para los dos gigantes argentinos, que vuelven a casa sin gloria y con más dudas que certezas.

Ahora, os toca a vosotros

Para terminar, queremos conocer vuestra opinión sobre esta primera fase liga de la historia. ¿Os ha gustado el nuevo formato de la Champions League? Os dejamos la siguiente encuesta para que votéis y os leemos en comentarios.

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