La economía alemana, que supone prácticamente un tercio del producto interior bruto (PIB) de los 12 países que componen la zona euro, se contrajo en el cuarto trimestre del año, según el último informe mensual del Bundesbank que se dio a conocer ayer. El retroceso de la actividad con respecto al trimestre anterior lleva al país cerca de su segunda crisis económica en dos años, con un crecimiento de tan sólo el 0,2% para el conjunto del 2002. Dos trimestres consecutivos de descensos del PIB son el síntoma claro de una situación técnica de recesión, según los expertos.

"Podríamos estar en una recesión. Después de los catastróficos datos de desempleo de enero, parece como si hubiéramos comenzado el año con mal pie", comentó Dieter Wermuth, economista de UFJ Bank y miembro del grupo de consejeros económicos del anterior Gobierno alemán.

De hecho, el panorama actual en Alemania no es alentador. Los consumidores han reducido el gasto, las empresas, desde Siemens al Deutsche Bank han llevado a cabo fuertes reestructuraciones, mientras que la fortaleza del euro erosiona la capacidad competitiva de las exportaciones. Un 10% de ventas externas del país se dirigen a EEUU y un 20% al área del dólar.

RAZONES PROPIAS El último informe de la autoridad monetaria alemana precisa que, a pesar de que la desaceleración global se añade a la crisis particular, las causas principales son internas. "La economía se encuentra en fase de estanflación --estancamiento con inflación-- desde hace más de dos años", señala el banco. El Bundesbank cita además la rigidez del mercado laboral, las elevadas cargas sociales e impositivas, así como la falta de incentivos en el sistema de seguridad social.

El Bundesbank prevé que la economía vuelva a ganar terreno en los primeros meses de este año, en vista de los resultados de las últimas encuestas realizadas a empresas y de las cifras de entradas de pedidos. Según el instituto de investigación económica IFO, las previsiones de producción de muchas empresas también han mejorado. "La mayor confianza en la recuperación de los negocios permite pensar que la economía se recuperará en los primeros meses", vaticina el Bundesbank.

DEBILIDAD DEL CONSUMO Sin embargo, el consumo privado es débil. Las compras en comercios minoristas se redujeron en noviembre y diciembre, y el negocio de Navidad tuvo escasos efectos positivos para impulsar el crecimiento. La desfavorable situación laboral, con un aumento continuado del desempleo, es para el banco central germano otra de las causas de la debilidad del consumo.

La situación en Alemania concuerda con la visión de las autoridades económicas europeas en el sentido de que el crecimiento de este año puede ser menor de lo esperado. Circunstancia que se espera contrarrestar con nuevas bajadas de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE), aunque el presidente de la institución, Wim Duisenberg, reiteró ayer que el conflicto con Irak no facilita una actuación para reducir el precio del dinero ahora. Los analistas esperan un recorte de hasta medio punto en el primer semestre de este año.

EL EURO CAE Aunque en el mercado de divisas de Fráncfort, el euro llegó a cotizarse a 1,073 dólares, el Banco Central Europeo fijó el cambio oficial en 1,076 dólares, lo que supone un descenso con respecto a la cotización del viernes. La menor inminencia de una guerra en Irak, por la posición de los inspectores de la ONU benefició al billete verde frente al euro.