El secretario regional de UGT-Aragón, Jesús Membrado, considera que la comunidad afronta un momento crucial de cara a su futuro. Membrado, que presentó ayer en Zaragoza el estudio anual del sindicato sobre la situación de la economía aragonesa en el 2002, insistió en la importancia de aprovechar las oportunidades con las que cuenta la comunidad, "y así lograr dar el salto cualitativo y cuantitativo que tanto necesita". En este sentido, se refirió a la constante pérdida de fuelle en la tensión del desarrollo económico que ha caracterizado a la comunidad en los últimos años --también en el pasado ejercicio--, registrando crecimientos inferiores a la media nacional.

El informe de la central se basa en los datos de la Fundación de las Cajas de Ahorros Confederadas (Funcas) que arrojan un crecimiento para Aragón del 1,7%, medio punto menos que el 2,2% del ejercicio precedente y también cinco décimas por debajo del crecimiento de España. "La economía aragonesa en los últimos años se ha caracterizado por una pérdida de dinamismo, con crecimientos menores a los del país y que se han ido acentuando. Todo ello es fruto de una situación sistemática que se ha arrastrado desde los años 90", apuntó Membrado.

ARGUMENTACION El argumento del sindicato apunta a que Aragón lleva siete años, desde 1995, creciendo menos que la media española. Entre 1995 y el 2002, el PIB regional aumentó a una tasa acumulada de 20,75%, mientras que a nivel nacional lo hizo en el 26,85%. "El problema es que hasta ahora la pérdida de dinamismo se ha asumido como un hecho natural, sin embargo, es necesario cambiar esa mentalidad", agregó Membrado, señalando que Aragón estaba ante un momento de oportunidades.

En este sentido, apeló a que la comunidad contará en los próximos años con las infraestructuras necesarias, con estabilidad política, al tiempo que recordaba que la industria ya no dependía tanto de Opel, "deficiencias que hasta ahora han servido de excusa, pero ya no". "Son elementos que invitan al optimismo, aunque un optimismo que no nos puede cegar", puntualizó.

Para conseguir ese giro de la situación, el responsable de UGT-Aragón exigió la aplicación de políticas demográficas --el envejecimiento de la población sigue siendo un lastre de la comunidad--, sociales e industriales. Así, señaló que proyectos como Pla-Za favorecen la diversificación económica, si bien, siguen siendo prioritarias actuaciones que contribuyan al equilibrio territorial y a la fijación de núcleos poblacionales.

Membrado destacó la importancia de rentabilizar iniciativas como Walqa, Platea o los recursos del Plan de la Minería; impulsar otras actuaciones que fortalezcan sectores con potencial como el turismo o el agroalimentario y la aceleración de las actuaciones de infraestructuras, favoreciendo la accesibilidad, la actividad y la vertebración territorial.

Asimismo, Membrado recordó las consecuencias que se van a derivar de la adhesión de nuevos países a la Unión Europea. Además de las repercusiones en la distribución de fondos, incidió en el menor coste de la mano de obra en estos países. "La competencia basada en bajos costes laborales ya no es factible. Tenemos que introducir elementos de calidad. Es necesario un serio esfuerzo en inversión, innovación y mejora del capital humano", añadió.