--¿Qué le parece que por primera vez en la historia un presidente de Aragón sea reelegido?--La continuidad es buena siempre que suponga estabilidad en la institución. Quizá cuatro años sea poco para hacer un programa de gobierno y todo lo que sea estabilidad y tranquilidad es bienvenido.

--¿Qué tal son las relaciones con el presidente Iglesias?--Muy cordiales y muy respetuosas. En Aragón no hay un gran tejido institucional y creo que nos tenemos que llevar bien entre todos y apoyar a todas las instituciones.

--Marcelino Iglesias dibujó en su discurso de investidura un Aragón lleno de oportunidades. ¿Usted también opina que la comunidad está en su mejor momento y tiene unas extraordinarias posibilidades?--Completamente. No somos conscientes del momento que vivimos. En primer lugar está España, que ha dado en pocos años un salto gigantesco. Estamos en un momento clave, con déficit cero, metidos en el euro, con una convergencia real... Pensar que crecemos a punto por año son mil millones de euros, es decir, pensar que vamos a estar recortando competitividad a punto por año durante cinco o seis años es buenísimo, aunque eso también suponga un poco más de inflación. Y Aragón está enmedio de la España que crece, con el AVE que llega, que va a ser una revolución, la autovía de Teruel que avanza por primera vez... Tenemos que aprovechar la gallina de los huevos de oro, no matarla y tenemos que saber hacer un desarrollo sostenible con un cambio de mentalidad: ir del sector primario al terciario sin pasar por la industria. Pasamos de una sociedad medieval a una del siglo XXI, de internet. Vamos hacia una sociedad del bienestar, el 80% son servicios y ahí está Aragón en el centro.

--Pero frente a esa visión tan optimista hay una realidad y es que muchos titulados superiores jóvenes se tienen que ir a trabajar fuera de Aragón.--Pues... Yo creo que cada vez habrá más trabajo para todos. Toda la gente lista que sale de la universidad, puesta en un sitio por donde pasa el dinero, tiene que espabilarse y no esperar que le caiga algo sino hacer algo. Es como los que esperan el dinero de la PAC y no hacen nada y sin embargo hay otros que mientras tanto, se han abierto pequeños negocios y ganan dinero. Yo creo poco en las fronteras. Quizá lo he visto en mi trayectoria vital que he ido y he vuelto sin dejar mi domicilio en Aragón, es decir, que se puede trabajar en el mundo sin estar abrazado a la torre de tu pueblo pero pensando en tu tierra. Lo que hace falta es meterse en los tejidos y en las corrientes por donde pasan las cosas, no quedarse atrás. Esa es la globalización y la competencia. Confío en que esos jóvenes van a estar despiertos, y habrá trabajo para todos porque estamos creciendo mucho.

--¿Es bueno especializarse en servicios y olvidarse de la industria?--El mundo va por los servicios aunque yo no me olvidaría de nada. España se benefició hace mucho tiempo de los sueldos bajos. Ahora, cada vez que estamos cerrando nuestra diferencia de renta per cápita con Europa estamos subiendo de nivel de vida. Esa es una subida también de inflación y de coste y entonces hay que subir la calidad si no, no te compran. Y calidad son servicios. Hay mucho hueco para todos en Aragón.

--En ese momento de oportunidades, ¿qué papel juega Ibercaja?--Nosotros siempre acompañamos y no queremos ningún protagonismo. El sistema financiero simplemente canaliza el ahorro al inversor. El protagonista es el señor que decide no gastar todo lo que gana y ahorrar, y ahí hay un problema: los bajos tipos de interés. Yo creo que es un error tremendo. El dinero tiene que tener su precio y no podemos tener a esas masas de población que han estado ahorrando toda la vida, que se jubilan con diez millones de las antiguas pesetas, que calcularon que con un tipo al 10% --yo no digo que el interés esté al 10%-- podían tener un millón de pesetas más al año con el que se complementaban la pensión y ahora están al 1% y sin saber qué hacer. Con inflación del 3% o del 4%, los tipos de interés tienen que estar, por lo menos, neutrales con la inflación y creo que los bancos centrales se están equivocando al respecto. Pero en fin, nosotros captamos ahorro y lo llevamos hacia el emprendedor que es el que tiene las ganas y que sabe qué es lo que hay que hacer. Nosotros simplemente estamos enmedio. Las cajas no están para invertir salvo momentos concretos como los vinos, la nieve...

--¿La política de Rato ha sido clave para esta situación de bonanza?--Bueno, yo lo que veo es que lo importante ha sido meterse en el euro, bajar la inflación y situar unos tipos de interés muy bajos. Si además bajas la carga financiera y cuadras las cuentas del Estado, la gestión la tienes ya muy bien encarrilada.

--¿Tiene intención Ibercaja de invertir en estos momentos en alguna empresa aragonesa?--No, no, no. Estamos donde estamos, la vida te va dando oportunidades para entrar y para salir de los sitios pero creo que el sistema financiero hace bien cuando hace lo suyo.

--Una institución como Ibercaja que apuesta por los motores de arrastre de la economía aragonesa ¿no podía estar más metida en proyectos de desarrollo territorial, de infraestructuras...?--¡Si ya hemos estado! Si se puede adelantar dinero para obras, lo hacemos en cualquier momento. Hace poco nos salimos de la autopista Vascoaragonesa porque ahora ya no tiene sentido estar ahí. Es bueno separar lo financiero de lo real.

--¿Y hay que separar, dentro de lo financiero, cajas de bancos?--Hay sitio para todos, para las cajas y para los bancos.

--En los últimos días, las cajas están siendo actualidad diaria por la competencia con los bancos. ¿Usted tampoco cree que las cajas compitan con más ventajas que las entidades bancarias?--Ventaja ninguna, competimos todos con todos. Lo que hay que hacer es trabajar. Las entidades tienen que hablar por las cuentas de resultados y lo que hay que aprovechar es este momento idóneo.

--Iglesias se ha comprometido a crear una sociedad de capital de riesgo y servicios financieros que canalice el ahorro hacia inversiones de desarrollo. ¿Cómo lo ve? ¿Puede colisionar con los intereses de las cajas de ahorros?--No, en absoluto, hay para todos. Estamos en colaboración total con el Gobierno y cuantos más instrumentos haya, mejor.Pasa a la página siguiente