El Gobierno de Estados Unidos prevé un crecimiento del 50% de sus números rojos, pues ayer proyectó un déficit presupuestario que alcanzará los 455.000 millones de dólares (una cifra equivalente en euros o 67,2 billones de pesetas) en el presente año fiscal, y seguirá creciendo el próximo, un grave peligro para el presidente George Bush, que se presentará a la reelección en 2004. La Casa Blanca trató de poner la mejor cara a las cifras, y su portavoz aseguró que eran "manejables".

Las justificó como consecuencia de los costos de seguridad que ha sido necesario afrontar tras el 11-S y las guerras de Afganistán e Irak. Pero la oposición demócrata las achacó prioritariamente a los recortes de impuestos llevados a cabo por Bush y su partido, el republicano.

"Este déficit es una preocupación", reconoció el portavoz presidencial, Scott McClellan, tras subrayar que las nuevas cifras suponen 150.000 millones de dólares más de lo que la propia Casa Blanca preveía hace sólo cinco meses. El déficit presupuestario supera ya con creces los 290.000 millones de dólares que sumó en 1992, cuando el presidente Bush, padre del actual ocupante del cargo, perdió las elecciones ante el candidato demócrata Bill Clinton.

Aunque, el déficit en relación con el producto interior bruto (PIB) fue aún mayor durante varios años de la presidencia de Ronald Reagan (1981-89), la situación de las finanzas públicas ha empeorado drásticamente desde la llegada de Bush, en enero del 2001. El 30 de septiembre del 2000, Bill Clinton, ayudado por la bonanza económica, cerró un presupuesto con un superávit de 236.400 millones.

La tendencia cambió tras una breve recesión en el 2001, que fue seguida por los atentados de septiembre de ese año, que provocaron una fuerte reducción en la actividad y en los ingresos fiscales, a los que se unieron los recortes sucesivos de impuestos impulsados por Bush en el 2001 y el 2003. Desde el último año completo de Clinton en la Casa Blanca (2000), la situación del fisco ha empeorado en más de 680.000 millones de dólares. "En los próximos años, reduciremos el déficit a la mitad", prometió McClellan, aunque la nación afronta una presencia militar a largo plazo en Irak, un conflicto que unido al de Afganistán cuesta al erario 51.555 millones de euros (8,5 billones de pesetas) anuales.