La economía aragonesa en el 2002 avanzó en la convergencia con la Unión Europea, pero siguió perdiendo peso a nivel nacional. Así se recoge en el informe anual del Consejo Económico Social de Aragón (CESA), presentado ayer en Zaragoza, y que apunta que en el pasado año continuó la desaceleración, aunque se advierten indicios de mejora.

Según se desprende del estudio, "siguen sin producirse grandes impulsos que hagan sobresalir a la economía aragonesa, aunque se dan algunos procesos de cambio estructural positivos". Es el caso del incremento de la tasa de actividad y de empleo, una tasa de paro muy baja, la mejora en el funcionamiento del mercado de trabajo y una corrección del déficit de infraestructuras.