Se levantan cuando aún no ha amanecido y regresan después del telediario nocturno. La mayoría de los días no pueden volver a casa a comer. Nunca olvidan el móvil, suelen ir con el ordenador portátil a cuestas y bajo el brazo siempre llevan la agenda. Tienen éxito en su profesión y ocupan puestos ejecutivos en sus empresas. Pero son mujeres y deben demostrar lo que valen a cada instante, además de compaginar sus empleos con la creación y el cuidado de la familia y las tareas del hogar. Aunque, según una encuesta del Instituto de la Mujer del año pasado, solo representan el 7% --incluido el empleo público--, ahora se han unido para crear la Asociación de Mujeres Profesionales y Directivas de Aragón (AMPDA), que se presenta hoy en sociedad.

Lejos de lo que pueda parecer, este grupo huye del feminismo y la reivindicación. Solo busca trabajar y superar barreras para demostrar que la conciliación es posible sin ahondar en las diferencias entre sexos. Sus objetivos pasan por que se les reconozca como motor dinamizador de la igualdad de oportunidades en la sociedad aragonesa en el 2010. "Queremos lograr un entorno social más justo y equitativo, promoviendo la compatibilidad de una carrera profesional con la atención a la pareja y los hijos", explica Ana Solana, presidenta entusiasta de la asociación.

Desde su trabajo en Tudor también intenta mejorar la cualificación de las mujeres profesionales para incorporarse a puestos directivos y ejecutivos, así como concienciar al empresariado del valor diferencial que la mujer aporta a la compañía desde la dirección. "Somos más meticulosas en nuestra forma de trabajar. Estamos acostumbradas a tener que demostrar, para que nos reconozcan lo mismo que a un hombre debemos esforzarnos el doble", señala Nieves Pastor, vicepresidenta y directora del Departamento de Consultoría y Formación de Ayanet.

TEORÍA Y REALIDAD Reconocen que en las empresas existe discriminación. "Formalmente hay igualdad, pero en la realidad, no", apunta Solana. Se sienten inmersas en una situación de presión social. "Si no tenemos hijos, se nos tacha de egoístas", afirma. "Y si los tienes, se te cuestiona si darás la talla en todo", indica Olga Valera, madre de un niño, secretaria de la asociación y responsable de Personal de Anayet. En casa, admiten la importancia de la pareja. "Debe ser una persona inteligente, segura de sí misma y que asuma el sacrificio", describen. Y ante medidas como la paridad, tienen una postura clara: "No nos gustan las cuotas, pero en algunos momentos la sociedad necesita un empujón y es importante que se ayude a la parte discriminada", opina Solana.

AMPDA pretende ser un apéndice de la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias (Fedepe), que aglutina a asociaciones de estas características por comunidades autónomas o regiones concretas y donde Aragón no tenía representación. Al acto de hoy asistirá la presidenta de honor de Fedepe, Pilar Gómez Acebo. Entre sus actividades previstas para el futuro están tertulias, almuerzos-coloquio, sesiones formativas, ciclos de mesas redondas y la participación en foros y con instituciones en estudios sobre la mujer en el mercado laboral. "El siglo XXI es nuestro", concluyen optimistas.