El cambio de la tarifa nocturna a la nueva tarifa con discriminación horaria, en función de la potencia contratada, conlleva cálculos. El nuevo sistema obliga a pagar por la potencia máxima --que sería equivalente a la que los usuarios de tarifa nocturna emplean por la noche--. Con la tarifa nocturna solo se paga por la potencia máxima diurna, mientras que por la noche se emplea toda la que soporta la instalación sin pagar por ello. La franja con descuento dura 14 horas frente a las ocho de la tarifa nocturna, pero el descuento es del 47%, no del 55%; y las horas pico son menos y con más sobreprecio (35% frente al 3% de la tarifa nocturna). Cada usuario debe hacer cálculos tanto de consumo como de potencia necesaria.

En esencia, se trata de instalar alternadores de carga para evitar tener que contratar toda la potencia que empleaban con la tarifa nocturna mediante los acumuladores. Incluso el Ministerio de Industria aconseja consultar con técnicos y con organizaciones de consumidores para determinar la mejor tarifa.