La supresión de la tarifa eléctrica nocturna a partir del próximo martes ha provocado un auténtico terremoto. Los usuarios sujetos a este tipo de facturación regulada desde 1995, aunque existía desde los 80, no son los más numerosos --unos 1,15 millones sobre un total de unos 25 millones de contratos--, pero son de los más concienciados y pueden ver como se encarece su factura en torno al 22%, según un informe de la Comisión Nacional de Energía (CNE).

Ahora deberán contratar la potencia máxima que vayan a emplear, no la diurna --más baja--, teniendo en cuenta que el kilovatio (kw) será ahora más caro cuanto mayor sea la potencia contratada, según el esquema de tarifas en el que la nueva modalidad de discriminación horaria se llama tarifa ahorro.

Los usuarios con cuota nocturna acometieron en su mayoría inversiones de unos 4.000 euros para instalar acumuladores con los que adaptarse a esta modalidad promovida por la propia Administración para la eficiencia energética. Las altas dejaron de hacerse en el 2007 y, en teoría, las eléctricas deberían haber adaptado los contadores. Pero no fue hasta un decreto de este mismo año cuando se dispuso que el cambio era gratis para el cliente.

Ante al polémica suscitada, el Gobierno establece en la orden de tarifas un periodo transitorio hasta enero para que se puedan adaptar las instalaciones de la mayoría de clientes con tarifa nocturna (hasta 15 kw) al nuevo esquema por tramos de potencia. Durante ese plazo, las compañías deberán facturarle el consumo según la cuota con la potencia más próxima a su perfil.

La fórmula acordada por las compañías y aceptada por Industria consiste en aplicar el 69% del consumo al periodo valle de la nueva tarifa y el 31%, al periodo punta. En todo caso, la CNE advierte de que el periodo transitorio "no soluciona el aumento de los precios para los consumidores acogidos a la antigua tarifa --denominada técnicamente 2.0.N.--, ya que la actualización de la potencia contratada es el principal impacto sobre el precio y esta medida es de aplicación a los clientes acogidos a la tarifa 2.0.N desde el 1 de enero del 2007". El ente se pregunta también si las eléctricas la implementaron desde el 2007 y "quién asume la diferencia de ingresos resultante de dicha incapacidad".

MÁS GENERAL Una vez adaptado el contador, el usuario de la antigua tarifa nocturna deberá ajustar en un nuevo contrato su potencia estimando si le resulta conveniente seguir con la más alta que usaba antes solo de noche y por la que no pagaba y ahora sí. "Es verdad que la supresión del sistema antiguo no beneficia a la mayoría de quienes lo tenían, pero ahora podrán acogerse a la discriminación horaria muchas más personas porque no requiere acumuladores ni otras inversiones", según fuentes del Ministerio de Industria.

La Unión de Consumidores de España (UCE) ha recogido en solo dos meses más de 15.000 quejas para dirigirlas a Industria, el Defensor del Pueblo y a los partidos para que se paralice la desaparición de esta tarifa. Incluso amenazan con acudir a los tribunales. La UCE critica que el Gobierno no haya hecho una campaña informativa. La comisión de Industria del Senado aprobó por 16 votos a favor y ocho en contra del PSOE una moción que propone al Gobierno mantenerla. Xosé Manuel Pérez Bouza, senador del BNG y promotor de la iniciativa, pide negociar un cambio "que no sea perjudicial para los usuarios".