La mayoría de senadores del Partido Republicano en la cámara alta del Congreso de EEUU tumbaron en la madrugada de ayer (hora española) el plan de rescate del automóvil pactado entre la Casa Blanca y los demócratas y que ya había aprobado la Cámara de Representantes. Los republicanos se opusieron al plan porque no recorta lo suficiente los sueldos de los trabajadores pactados previamente con los sindicatos, y ahora deja a empresas como General Motors y Chrysler al borde de la bancarrota.