En comparación con otras aseguradoras, su perfil es defensivo. En su balance no hay activos tóxicos (su exposición a la crisis de las hipotecas basura de EEUU ha sido prácticamente testimonial). Además tiene una buena capitalización. Y, a su vez, sus negocios no están a merced de los grandes riesgos. En contra tiene que su endeudamiento es alto, el 65% sobre los fondos propios. Así las cosas, podría ampliar capital. La captación de primas se está ralentizando, sobretodo las de vida. El beneficio neto atribuido creció el 41,6% de enero a septiembre, hasta los 715,6 millones de euros.