Figueruelas funcionará gran parte del 2010 con 1.500 trabajadores menos. Así lo comunicó ayer a los sindicatos la dirección de General Motors (GM) España, que mañana presentará un expediente de extinción de 900 contratos (correspondientes a los despidos que recoge el plan de ajuste europeo) y otro de regulación de empleo que afectará a 600 trabajadores, entre los meses de marzo y noviembre. Las medidas fueron anunciadas durante la reunión de la Comisión Permanente y permitirán el cierre del turno de noche en la planta a partir de abril y hasta el mes de noviembre. Con ello también se pretende ajustar la producción prevista para todo el año en la factoría aragonesa (unos 333.000 vehículos) a las ventas de los tres modelos (Corsa, Meriva y Combo).

Pero la letra pequeña es mucha, exige numerosas horas de negociación y puede acarrear algunos problemas. La dirección de GM España planteó ayer dos escenarios para acometer estos retos: hacerlo con acuerdo o sin acuerdo. En el primero de los casos, la empresa se compromete a que los 900 despidos se realicen de forma "socialmente responsable". Es decir, salidas "no traumáticas". No obstante, vincula esto a introducir posibles cambios en el convenio colectivo, los cuales deberán de ser acordados con el comité en la mesa de negociación, según informaron ayer los sindicatos.

Y es aquí donde surgen las dudas, puesto que la dirección no ha concretado qué indemnizaciones percibirán los despedidos, en qué plazo deberán abandonar la factoría y qué tipo de cambios prevé introducir en el nuevo convenio colectivo. Un convenio que deberá tener en cuenta el fin del turno de noche y el cambio de la estructura productiva de Figueruelas, entre otros asuntos.

En el caso de que haya intención de negociar, las reuniones tendrán lugar en las próximas semanas. De no ser así, la empresa presentará los expedientes a la autoridad laboral que es la que deberá aprobar o no las extinciones y el ERE temporal.

Por lo pronto, los sindicatos le han pedido tiempo a GM España. Así, celebrarán un pleno del comité mañana miércoles para tratar de trasladar ese mismo día su postura a la empresa. Antes, hoy mismo, muchos de las organizaciones celebrarán ejecutivas para analizar este asunto y fijar su posición.

SIN UNANIMIDAD Las reacciones a la reunión de ayer entre sindicatos y empresa no se hicieron esperar, aunque todo apunta a que no habrá una posición unánime, pero sí mayoritaria a favor de la negociación.

Desde la sección sindical de UGT, su secretario general, Pedro Bona, no quiso pronunciarse hasta la reunión de la ejecutiva del sindicato, cuya postura trasladará al comité mañana miércoles. Mientras, desde CCOO, Chema Fernando, también apeló a la reunión del órgano sindical, aunque anticipó que Figueruelas se enfrente a "cambios en la estructura de producción". Además, consideró necesario conocer la propuesta de la dirección de GM para pronunciarse.

CGT tachó el planteamiento de GM España de "maniobra extraña" y condicionada a otros aspectos, al tiempo que manifestó que "no entraremos en este chantaje", dijo su responsable, Santiago Arcos. Mientras, José Luis León (OSTA) señaló que "no vemos claro vincular el convenio al ajuste de personal" y echó en falta conocer las condiciones de la propuesta de la empresa.

Desde USO, Ángel Arbonés, se pronunció en esta misma línea y criticó "las formas" en la negociación de GM. "Estamos hartos de tragar", precisó. Acumagme apostó por el diálogo, pero lo condicionó a lo que la compañía ponga sobre la mesa.