En plena crisis, la Unión Europea (UE) destinará 6.400 millones de euros del presupuesto comunitario del 2011 a financiar programas de investigación y desarrollo. Este es el mayor paquete anual europeo de investigación y desarrollo (I+D) puesto en marcha hasta ahora por la UE y supone un incremento de más del 12% respecto a la partida establecida en el presupuesto de este año, destacó ayer la comisaria de Investigación y Ciencia, Márie Geoghegan-Quinn.

Esta inversión sin precedentes permitirá la creación de unos 165.000 empleos en el conjunto de la UE, de los cuales unos 110.000 serán de alta cualificación, según las estimaciones de la Comisión Europea. El plazo para presentación de proyectos y propuestas para obtener esas subvenciones incluidas dentro del Séptimo Programa Marco de Investigación de la UE se abre hoy.

UNOS 16.000 INVESTIGADORES El Ejecutivo comunitario calcula que esos fondos permitirán financiar los proyectos de futuro en los que participarán alrededor de 16.000 investigadores procedentes de centros científicos, universidades y de la industria, con una especial atención puesta en las pequeñas y medianas empresas. La investigación en tecnologías de la información y la comunicación constituye el sector globalmente con más fondos dentro de este nuevo paquete anual, con 1.200 millones de euros, explicó la comisaria Geoghegan-Quinn. La Comisión Europea quiere lograr que la UE de un salto cualitativo en la tecnología digital, en la cibernética y en el aprovechamiento de internet a lo largo de esta década, como una de las piezas claves del plan de modernización de la economía europea.

Otros 1.300 millones del paquete anual estarán reservados para las investigaciones de los 850 científicos más creativos, que serán seleccionados por el Consejo Europeo de Investigación. Asimismo, habrá importantes becas para unos 7.000 investigadores altamente cualificados, precisó el Ejecutivo comunitario.

La investigación en medicinas y salud es uno de los pilares del programa para el 2011, con 682 millones en total para reforzar la competitividad europea en este sector. La Comisión Europea priorizará las investigaciones que puedan tener una rápida aplicación clínica asociadas a la diabetes, la obesidad, los problemas cardiovasculares, las enfermedades vinculadas al cerebro y al sistema nervioso central y los problemas sanitarios con mayor impacto social.