El correctivo de la Unión Europea (UE) a la política económica del Gobierno español ha cambiado algunas cosas en el discurso de José Luis Rodríguez Zapatero. Pero no todas. Así se evidenció ayer en la sesión de control del Congreso al Ejecutivo, en la que el líder socialista, en respuesta a una pregunta del presidente del PP, Mariano Rajoy, confirmó de nuevo que prepara para el 2011 más incrementos impositivos, aunque sin concretar a quienes afectarán.

La parte del nuevo discurso consistió en lanzar un nuevo compromiso heroico al estilo del "impulsaré la austeridad y las reformas me cueste lo que me cueste" del último debate del estado de la nación. "Si hay que pedir nuevos esfuerzos a los españoles, lo haré", dijo Zapatero ante la insistencia de Rajoy por conocer sus planes futuros. No satisfecho, el dirigente conservador, que ha defendido en más de una ocasión la necesidad de rebajar los tributos para estimular la actividad, le reclamó más concreción. No obstante solo logró --manteniendo los viejos vicios-- una alusión a que los damnificados serán "aquellos que tienen una alta capacidad económica". La primera vez que hizo referencia a esta medida mecionó a "los que más tienen".

El presidente del Gobierno dijo que ese aumento de la presión fiscal estará contemplado en los presupuestos del 2011, que ya prepara el Ministerio de Economía cara a su negociación parlamentaria en septiembre. Y nada más, de momento.

En lo que respecta a aumentar la fiscalidad de las rentas más elevadas, la medida se traduce en la creación de dos nuevos tramos de la tarifa en la parte autonómica. Uno es a partir de 120.000 euros, con un tipo autonómico dos puntos más alto (23,5%) y otro a partir de 175.000, con un tipo cuatro puntos más alto (25,5%). En la UE, el Reino unido, con el gobierno laborista aún al frente, aprobó un tipo del 50% para ingresos superiores a unos 175.000 euros, mientras que Portugal subió el IRPF a todos los contribuyentes, pero en mayor proporción a las rentas medias y altas.

BENEFICIOS EMPRESARIALES Otro de los puntos polémicos afecta al impuesto de sociedades, que grava los beneficios. Aunque el presidente descartó subir el gravamen a los beneficios empresariales, en Hacienda analizan el conjunto de deducciones de este tributo. Estas ventajas hacen que el tipo medio efectivo sea del 18,4%, frente a un tipo nominal del 30% y del 25% para las pymes.