El rendimiento está en el vino. Esta puede ser la acepción financiera del conocido proverbio latino in vino veritas. Así lo considera José Luis Jiménez, director general de March Gestión, la gestora de la Banca March que hace aproximadamente un año lanzó al mercado un fondo de renta variable --Vini Catena F.I.--, que solo invierte en empresas relacionadas con la cadena de valor del vino. Se trata del único instrumento de inversión que destina exclusivamente sus recursos a ese sector. Acumula una rentabilidad del 9% este año, cuando la mayor parte de los fondos que invierten en bolsa se encuentran en pérdidas. "Hemos descubierto el Santo Grial", dice sin rubor el director de March Gestión.

¿Cómo es posible que en unos mercados financieros sofisticadísimos, en los que no pasa desapercibida la más mínima opción de ganar dinero, no se le haya ocurrido a nadie esta opción? "La inversión está poco correlacionada con la bolsa. Dicho de otra forma, cuando mejor evolución tiene, es cuando la bolsa va mal", explica Jiménez. La mayoría de fondos de bolsa suelen replicar índices o grupos de valores, muchos sectoriales, con lo que su movimiento suele subir o bajar de forma paralela al mercado.

Vini Catena no invierte solo en bodegas, aunque en su cartera figuran dos riojanas --Cune y Baron de Ley--. Tiene participaciones en sociedades del sector industrial relacionado directa o indirectamente con el ciclo del vino. Vidrala --fabrica envases y botellas-- es una de ellas en España. Amorin, la portuguesa productora de corcho, y la distribuidora norteamericana Constellation Brands forman parte de la cartera. Y así hasta 35 empresas de una quincena de países. En la lista no faltan compañías directamente relacionadas con la producción como las francesas Remy Cointreau, Laurent-Perrier y la chilena Concha y Toro.

En la composición del fondo, el sector de bebidas supone el 56% de la inversión en renta variable. Las compañías de bienes industriales ocupan el 27%. El resto está distribuido en firmas de los sectores de lujo, distribución y el químico. "Me hubiera parecido frustrante que un gestora extranjera hubiera lanzado un fondo como este, tan ligado a la cultura del vino, a nuestra cultura", plantea Jiménez. Pese a ello, el fondo de Banca March tiene mucho que ver con la City londinenses. Jiménez trabajó durante 12 años en la cuna de las finanzas europeas. "Gran Bretaña es un claro ejemplo de cómo la cultura del vino ha calado en muchos países del norte de Europa. Además, es el mayor importador de vino, mientras que el consumo de cerveza va a la baja", cuenta.

Cuando se incorporó a su actual puesto como director general de la gestora realizó estudios para conocer cuál podía ser el universo de inversión en un sector tan transversal como este. "Encontramos entre 450 y 500 empresas en las que se podía invertir. Pero fuimos un poco más allá para definir las empresas con potencial de revalorización". En su opinión, la clave del fondo esta ahí, pero también en el hecho de que se trata de un producto que tiene demanda creciente en los países desarrollados, pero también en los mercados emergentes. "Hong Kong quiere convertirse en una referencia mundial del vino", cuenta Jiménez.

El potencial del mercado es elevado, pero el patrimonio del fondo es limitado, comparado con otros productos de renta variable mixta. Cuenta con recursos de 14 millones de euros, aunque los gestores esperan acabar el año en 30 millones.