Mientras los franceses protestan, el Senado aborda sesiones maratonianas para votar la reforma de las pensiones. Los sindicatos han aumentado la presión con la esperanza de que el proyecto sea retirado antes de que termine el proceso, el próximo miércoles. La reforma alarga de los 60 a los 62 años la edad legal de la jubilación y de los 65 a los 67 el derecho a percibir la pensión completa. El Gobierno ha cedido en un aspecto, introduciendo enmiendas para que algunas madres de tres hijos y los progenitores de disminuidos puedan jubilarse a los 60 años, edad introducida por Mitterrand en 1983.