Los trabajadores de Pipelife han cumplido su promesa e intensificarán las movilizaciones. La plantilla de la empresa de tuberías plásticas, que anunció hace dos semanas el cierre de su fábrica de Malpica y el despido de 104 trabajadores, acordaron ayer en asamblea convocar una huelga "indefinida" para defender sus puestos de trabajo. El comité comenzará con el paro en cuanto la autoridad laboral conceda el permiso necesario. "Esperamos que eso ocurra a principios de la semana que viene", indicó el presidente del comité, Ángel Bozal.

La huelga indefinida se sumará a los paros parciales de dos horas por turno que se están desarrollando a lo largo de esta semana en la fábrica. "Están teniendo un seguimiento del 95%", apuntó Bozal, que no descarta otras medidas de presión como la posibilidad de montar un campamento.

El comité va a ponerse en contacto con Solvay --una de las dos multinacionales que participa en la joint venture de Pipelife-- para "intentar convencerles" de que la planta aún es viable. La firma ya rechazó la ayuda de la DGA en la búsqueda de compradores y el esfuerzo de la plantilla.