Caja Inmaculada (CAI), Caja Círculo y Caja Badajoz han fijado en 273 bajas el recorte laboral que se llevará a cabo entre las tres entidades como consecuencia de su fusión bajo la vía del SIP (Sistema Institucional de Protección), unas 60 menos de las previstas inicialmente. Casi todas las extinciones serán por prejubilación y, aproximadamente, una tercera parte en la institución aragonesa.

La alianza financiera va tomando forma en un camino no exento de dificultades. Una de ellas es el bloqueo de la negociación laboral tras el abandono ayer de la mesa de diálogo por parte de los sindicatos ante la negativa de las patronales de asumir la armonización de las condiciones de las plantillas de las tres cajas.

"Estábamos acercando posiciones, pero este es un asunto básico y de justicia que no vamos a permitir que sea obviado", señaló ayer la presidenta del comité de CAI, Victoria Camarena. Los sindicatos ven "imprescindible" una equiparación de los salarios --los más altos son los de la caja aragonesa--, aunque sea de forma paulatina. Quieren evitar situaciones como que trabajadores con las mismas funciones tengan distintas remuneraciones, algo que dicen no ocurrirá con los directivos de la sociedad central del SIP.

Por otra parte, CAI celebrará el mañana en Zaragoza una convención abierta a todos sus empleados --1.300 personas-- en la que el director general de la entidad, Luis Miguel Carrasco, explicará de primera mano a la plantilla la alianza con Círculo y Badajoz.

El acto informativo precederá a la ratificación el próximo día 28, en la asamblea general de CAI, del proyecto de fusión.