"Plana, débil y cada día con un crecimiento más raquítico, la economía de los países ricos se encuentra en un estado lamentable". La frase pertenece a la edición semanal del prestigioso semanario británico The Economist. Pero lo que publica a toda página la Biblia del capitalismo se ha convertido en el temor que ha inundado los mercados hasta hundir las bolsas de todo el mundo. ¿Están los países desarrollados entrando en una recesión?

En EEUU se considera que la economía está en recesión cuando no crece durante dos o más trimestres consecutivos. Técnicamente, el país no se encuentra en esta fase, pero algunos indicadores muestran una situación de debilidad de la economía con una deuda que supera los 14 billones de dólares, un consumo privado que no avanza (representa un 70% de la economía), y un mercado laboral que no crea empleo al ritmo previsto. La confianza entre los consumidores de EEUU ha caído en agosto a su nivel más bajo desde mayo de 1980, sumándose a la preocupación de que la volatilidad de la bolsa obligará a las familias a ahorrar.

CRECIMIENTO La Reserva Federal de EEUU (Fed), que es el organismo que agrupa a los bancos centrales de todos los estados, debe haber percibido una situación muy difícil cuando ha asegurado que mantendrá los tipos de interés entre el 0% y el 0,25% hasta el 2013, lo que equivale a hacer que el dinero fluya prácticamente sin coste para consumidores y empresas. El mismo gobernador del Banco de Nueva York y miembro de la Fed, William C. Dudley, reconoció que no espera que la economía vuelva a caer en otra recesión, "pero los riesgos de una recaída se han incrementado".

El objetivo de la Fed es garantizar el crecimiento de la mayor economía del planeta, que por primera vez se ha visto acosada con virulencia por las agencias de rating (le han rebajado la máxima nota, la triple A). EEUU decreció un 0,2% en el 2009 y al año siguiente regresó a la senda positiva con una evolución del PIB del 5,1%. Sin embargo, las previsión que arroja el Fondo Monetario Internacional (FMI) para este año, si se cumple, es menor: un 4,3%.

El FMI constata en sus últimas previsiones económicas que el reto al que se enfrentan las principales economías desarrolladas es asegurar la transición desde la recuperación de la economía hasta la expansión, lo que "requerirá un esfuerzo concertado para hacer frente a diversos retos". Es decir, pasar de un estadio de recuperación débil a un crecimiento robusto. Sin embargo, esto no se podrá hacer hasta que las economías avanzadas solucionen las vulnerabilidades del sector financiero, lo que fue la raíz de la crisis financiera. En este sentido, existe la duda de la salud de algunos bancos estadounidenses, como Bank of America y Citibank, que se consideran demasiado grandes para dejarlos caer y que podrían ocultar sorpresas en sus balances.

Al otro lado del Atlántico, en la vieja Europa, la sensación de recesión también es fuerte. España crecerá este año un 0,8% según el FMI, y un 1,3% según el Gobierno. Francia, que prevé un avance de su PIB del 2,1%, presentó esta semana unas decepcionantes cifras del segundo trimestre. Entre abril y junio, el crecimiento fue cero. A esto se sumó un acoso sin precedentes a sus bancos cotizados por el temor a que tuvieran que ser rescatados. Algunos, como Société Génerale, llegaron a caer un 20% el miércoles.

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