El nuevo plan de ajuste italiano para ahorrar 45.000 millones de euros e inyectar confianza en los mercados despertó ayer las primeras grandes críticas de los sindicatos. El mayor sindicato del país, el progresista CGIL (equivalente a CCOO), anunció movilizaciones en protesta contra unos recortes que considera "inicuos", mientras que el Partido Democrático presentó un plan de ajuste alternativo y varias decenas de alcaldes y presidentes de diputaciones se opusieron al anunció de supresión de unas 30 diputaciones y de casi 2.000 municipios de menos de 1.000 habitantes.

"O se hace la revolución o se hacen las reformas", aseguró el ministro de Economía italiano, Giulio Tremonti, en la rueda de prensa en la que debía ilustrar en detalle todas las partidas de recortes y nuevos impuestos incluidos en el plan para afrontar la crisis financiera que la pasada semana se cebó sobre la deuda italiana. Sin embargo, muchos aspectos quedaron todavía sin esclarecer, a pesar de que el decreto de ley saldrá publicado hoy en el BOE italiano. Entrará inmediatamente en vigor, aunque deberá ser convalidado por el Parlamento antes de 60 días. Eso sí, Tremonti aprovechó su intervención para volver a defender los eurobonos: "No habríamos llegado a este punto si Europa hubiera tenido eurobonos. Confirmamos que es indispensable un mayor grado de integración y consolidación de las finanzas públicas en Europa".

RENTAS ALTAS Así, el ministro detalló que los recortes principales del plan consistirán en la reducción de la administración local, con la supresión del 50% de los diputados autonómicos y de las diputaciones (54.000 puestos menos). Las rentas más altas, incluidas las de los parlamentarios, pagarán una ñtasa de solidaridadO: entre los 90.000 y los 150.000 euros brutos anuales, el importe será del 5% al 10%. La medida afectará a 511.000 contribuyentes. El IRPF también subirá para los trabajadores autónomos que declaren más de 55.000 euros anuales.

Además, todos los parlamentarios y funcionarios viajarán en clase turista, mientras que regiones, diputaciones y municipios recibirán 6.000 millones de euros menos de transferencias (la misma cantidad será recortada en el conjunto de los ministerios). También desaparecerán los puentes festivos, y los organismos estatales con menos de 70 empleados serán suprimidos. "Ningún Gobierno lo habría hecho mejor", aseguró el primer ministro, Silvio Berlusconi. "Es un plan que deprime la economía en lugar de incentivarla", respondió el progresista Pier Luigi Bersani.