Un empresario chino está a punto de comprar un buen pedazo de Islandia. La operación, aunque insólita, sólo responde a la lógica del mercado: China es el país más boyante tras la crisis global; Islandia, el más arruinado. Del país nórdico apenas se conoce a Bjork, célebre en China por pedir a gritos la independencia de Tibet en un concierto de Shanghái.

Huang Nubo quiere hacerse con 300 kilómetros cuadrados en el extremo nororiental de la isla, un terreno inhóspito y deshabitado que supone el 0,3 % del territorio nacional. Su plan es levantar un complejo de ecoturismo que contará con un hotel y un campo de golf, según el diario Financial Times. Su oferta de 6,1 millones de euros ha encontrado pocas reticencias entre los propietarios. El magnate ya ha firmado la compraventa con los lugareños y los entes locales, sostiene el diario Iceland Review Online. Ahora sólo falta que Pekín y Reykjavic le den el visto bueno.

"Aclaremos que una compra así no es legal", ha intervenido el ministro del Interior, Ogmundur Jonasson. "Pero es posible pedir una exención a la ley, y en cuanto el asunto llegue a mi despacho lo estudiaré cuidadosamente", ha añadido. Muchos se han preguntado por las intenciones reales de Huang y han alentado el terror amarillo: ¿Son necesarios 300 kilómetros cuadrados para un hotel y un campo de golf?

La remota zona, conocida como Grímsstadir á Fjöllum, es anodina sólo en apariencia. Sin el impedimento del hielo, ofrecería grandes ventajas a la industria petrolífera y gasística del Ártico. Islandia es, además, una escala geoestratégica clave entre Europa y América. "China ha comprado muchos terrenos en el mundo, así que estudiaremos las ramificaciones internacionales", ha explicado Jonasson.

La biografía de Huang apuntala su sincero interés. El magnate inmobiliario ocupa el puesto 161 en Forbes con una fortuna de 617 millones de euros, pero es más conocido por sus aficiones. La poesía es una. Con el pseudónimo de Luoying ha publicado varias colecciones de poemas y es asiduo a las citas literarias. El alpinismo es otra. Ha hollado el Everest, el Kilimanjaro y el Aconcagua, entre otros. Los paisajes helados le fascinan. Su relación con el país escandinavo se remonta a sus tiempos universitarios, cuando compartió habitación con un estudiante islandés. Este se casó después con una ex ministra de Exteriores y alcaldesa de Reykjavic, quien está representando a Huang frente a las autoridades.