Los chipriotas deberán seguir soportando su particular mini-corralito ya que el Banco Central de Chipre (BCC) decidió ayer extender el periodo en que las cuentas del país estarán bloqueadas para aplicar la quita de hasta un 9,9% de los depósitos chipriotas que forma parte del rescate aprobado por sus socios europeos.

El BCC declaró el martes festivo para la banca --hoy es fiesta-- y, de acuerdo a algunos medios de la isla, esta medida podría extenderse al miércoles para sacar adelante la quita. Según transcendió ayer, el BCC ordenó bloquear todo movimiento bancario, incluidos los pagos y las transferencias entre cuentas de un mismo cliente. En cambio, los usuarios puede seguir extrayendo un máximo de 1.000 euros diarios a través de los escasos cajeros automáticos que todavía no se han quedado secos.

Aunque las protestas hasta ahora han sido minoritarias y pacíficas --la noche del sábado se congregaron unas 200 personas en la entrada del Palacio Presidencial--, un portavoz de la Policía explicó que se ha establecido un centro de crisis para "garantizar la seguridad" en torno a la residencia del Presidente y el Parlamento.

La votación parlamentaria de la ley que impone la quita a los depósitos fue pospuesta ayer por petición del presidente de la República, el conservador Nikos Anastasiadis. El Banco Central Europeo ha enviado a dos inspectores para presionar al Gobierno y que no demore su aprobación. Pero al Ejecutivo no le cuadra la aritmética, a pesar de contar con representantes de cuatro partidos: los conservadores de DISY, los centristas de DIKO, los centroderechistas de Evroko y el Movimiento Ecologista.

POSIBLE BOICOT La oposición comunista, con 19 escaños en un hemiciclo de 56, podría incluso boicotear la sesión, explicó su secretario general, Andros Kyprianu, que considera que las exigencias a Chipre "violan los principios fundamentales de la UE" y son un intento de poner al país "de rodillas política y económicamente". Los nacionalistas de EDEK, con cinco escaños, también se oponen y han pedido renegociar el acuerdo.

En el campo gubernamental, Anastasiadis cuenta con los 20 escaños de DISY y los 9 de DIKO, pero uno de ellos es reacio a la quita. Los dos diputados de Evroko y el ecologista tampoco ven claro dar su voto a favor. "Hay dos opciones: votar a favor y evitar una quiebra, o en contra, lo que nos llevaría a una quiebra desordenada, con todo lo que ello conlleva", dijo el vicepresidente de DISY, Averof Neofitu.