Los sindicatos de Caja3 viajarán mañana a Bruselas para conocer todos los entresijos del ajuste laboral, que ya fue acordado con la dirección en la madrugada del sábado y que plantea 455 despidos y 60 suspensiones de empleo. Los representantes sindicales quieren comprobar in situ que los puntos del expediente que presentó la entidad son los mismos que había aprobado la Comisión Europea como condición para concederle las ayudas públicas de 407 millones de euros en forma de bonos contingentes convertibles (cocos). "Desde la dirección siempre nos han dicho que era Bruselas la que marcaba las condiciones; solo queremos contrastarlo y comprobar que es así", señalaron ayer fuentes sindicales.

Para ello, los sindicatos se reunirán con los técnicos de la Comisión Europea que trabajaron y redactaron el plan de reestructuración aprobado el pasado 20 de diciembre. Una reunión que, según destacaron las citadas fuentes, ha sido posible gracias a la mediación del grupo parlamentario de IU en las Cortes de Aragón, que ha realizado todas las gestiones con la ayuda del eurodiputado de Izquierda Unida, Willy Meyer. De hecho, a la cita acudirán los representantes sindicales --Victoria Camarena (UGT), Miguel Ángel Villalba (CCOO) y Gonzalo Postigo (Asipa)--, así como el portavoz de Economía de IU en las Cortes, Luis Ángel Romero. "Queremos obtener la máxima información respecto al ERE porque todavía hay cosas que se desconocen", apuntó ayer Romero.

Sea como sea, Caja3 ya subrayó el sábado que tras el acuerdo alcanzado respecto al ERE, la entidad "cumple todos los requerimientos exigidos en el plan de reestructuración aprobado por Bruselas para su recapitalización y para asegurar la viabilidad del proyecto".

INTEGRACIÓN EN IBERCAJA Los responsables del grupo ya habían indicado que el ajuste era necesario para facilitar su integración en Ibercaja, a cambio del 12,5% de participación en el nuevo banco. Un proceso que deberá materializarse en las próximas semanas. Bruselas ya dijo en su día que en un primer momento Caja3 pasará a ser una filial participada al 100% por Ibercaja y que sería después, tras producirse la total integración comercial de las entidades, cuando se realice su fusión. El nuevo banco tendrá su domicilio social en Zaragoza y mantendrá el nombre de Ibercaja Banco.