El drama de la pensión

"Sabemos que vamos a perder nuestro trabajo. Si también perdemos el fondo de pensiones, lo único que nos quedará son los créditos y las hipotecas, y perderemos también nuestra casa". Quien así habla es Katya Kannaouros, a punto de cumplir los 49 años. Trabaja en el departamento de Comercio Internacional del Banco Laiki (Popular), entidad de la que ha sido empleada durante 26 años. Sabe que muy probablemente su trayectoria profesional tiene los días contados y va directa al paro.

Pero eso no es lo peor. Incluso si las autoridades chipriotas no tocan los planes de pensiones para crear el Fondo de Solidaridad que contribuya a reunir los 5.800 millones de euros que la troika exige a Nicosia para aprobar el rescate, el Fondo de Previsión de los empleados del Laiki está en el alero. La cuestión de cómo se llegó a eso es técnicamente muy compleja pero el resultado es que, contrariamente a la normativa europea que establece que este tipo de fondos no estén en un solo cesto --para evitar el riesgo de pérdida total-- el dinero de las contribuciones de los empleados del Laiki está en una única cuenta en la misma entidad. "Son más de 600 planes de pensiones, o sea, más de 600 familias afectadas. En total, 270 millones de todos los empleados. Si nadie lo remedia, este dinero quedará en el banco malo y desaparecerá".

Las víctimas del avión

Katya conoce a fondo la entidad y asegura que en el Laiki hay 11.000 depósitos superiores a los 100.000 euros susceptibles de ir al banco malo. "Será un drama social. No todas estas cuentas son de mafiosos rusos ni nada por el estilo. La mayoría son familias normales de clase media trabajadora. Hay incluso cuentas de organizaciones caritativas y oenegés; hay una cuenta de la Cruz Roja", explica a este diario. Y pone otro ejemplo más estremecedor. Los familiares de las víctimas del avión de la ya desaparecida compañía chipriota Helios Airways, que se estrelló en agosto del 2005 y causó 121 muertos, recibieron una compensación tras años de litigio. Según Katia este dinero también puede verse afectado. "Algunas cuentas son para niños que quedaron huérfanos".

Las dos mayores entidades del país, el Banco de Chipre y el propio Leiki, restringieron ayer todavía más la cantidad que sus clientes pueden sacar de los cajeros y la limitaron a 100 euros. En la práctica, el sábado esta restricción ya se daba en algún cajero, como informó este diario.

Si la negociación en Bruselas llega a buen fin, los bancos deberían abrir el martes tras una semana entera de cierre, pero hay dudas de que vaya a ocurrir. El principal sindicato de los empleados de banca (Etyk) ha amenazado con convocar una huelga si los fondos de pensiones no quedan garantizados. Aunque la amenaza no se haga efectiva, algunos expertos creen que no hay tiempo suficiente para los preparativos técnicos necesarios para hacer frente a la esperada avalancha de clientes.

Unas 500 personas volvieron a manifestarse ayer frente al Parlamento y marcharon después hasta la sede de la representación de la UE. Fue una convocatoria espontánea, a través de las redes sociales. El tono era el mayoritariamente imperante en el país. Una pancarta, en inglés, rezaba "No al Cuarto Reicht", en alusión al supuesto dictado alemán. Una mujer exhibía una bandera española junto a un cartel donde se leía "¿Por qué?", en castellano. La mujer era griega. "Es que vosotros sóis los próximos", argumentó para satisfacer nuestra curiosidad.

Elena Stiliano trabaja también en el Banco Leiki desde hace 24 años (entró con 17) y se encontraba en la protesta. Estaba explicando a este periódico la situación del Fondo de Previsión cuando la Policía empezó a colocar vallas metálicas de protección frente al Parlamento. Los agentes empezaron a apartar a la gente a empujones. Uno de los policías, se supone que accidentalmente, golpeó con la valla a Elena en el pie. La mujer empezó a gritar al policía y después rompió a llorar. No era por el golpe. La angustia está a flor de piel.