El grupo alemán Bavaria compró la planta de Sabiñánigo al fabricante estadounidense Alcoa a finales del 2009, pero en todo este tiempo --y hasta que la empresa entró en concurso de acreedores en septiembre del 2011--, la firma de capital riesgo no ha invertido "ni un euro" en la fábrica de aluminio, más allá de sus obligaciones en materia salarial y de seguridad. Así lo denunciaron ayer fuentes municipales y del comité de empresa, que lamentaron que Bavaria "solo ha pretendido sacar el máximo beneficio sin invertir absolutamente nada". La representación sindical considera que este dato demuestra por sí mismo que el grupo alemán no ha tenido "ningún interés productivo" en la factoría serrablesa.

Una estrategia que ha provocado que Inasa Foil se encuentre actualmente en fase de liquidación, que los administradores concursales hayan puesto a la venta la planta para pagar a los acreedores y que hayan solicitado un ERE de extinción para los 109 trabajadores (el juez autorizó ayer el inicio del periodo de consultas).

UNA FACTORÍA RENTABLE Más allá de la preocupación obvia por el futuro de sus empleos, lo que más rabia da a los trabajadores de Inasa es que se ha ido dejando morir una fábrica "totalmente viable" y que exporta el 70% de su producción. "Tenemos claro que esta es una planta rentable y que no se está utilizando toda su capacidad productiva cuando, si se quisiera, se podría trabajar a un mayor ritmo", subrayó ayer el presidente del comité, Santiago Perbech. Tan convencidos están en el potencial de la empresa que en mayo del 2011 el conjunto de los trabajadores propuso comprar la planta por el precio que había pagado Bavaria, pero el grupo alemán rechazó la operación.

"Está claro que la experiencia con la firma de capital riesgo ha sido negativa porque no ha invertido ni un solo euro, por eso ahora solo apoyaremos a quien venga con un plan industrial que garantice el futuro de la fábrica", aseveró ayer el alcalde de Sabiñánigo, Jesús Lasierra, que apuntó que lo que no tendría sentido es que el posible comprador no cuente con los trabajadores porque "son uno de los principales activos de la empresa". El encargado de buscar un comprador es el banco de inversión estadounidense Lincoln International, especializado en el sector industrial.

EL ALCALDE AÚN CONFÍA Lasierra se mostró confiado en la llegada de alguna compañía interesada en la compra de la factoría, ya que "es rentable y de primera calidad". Con todo, reclamó el apoyo del Ejecutivo autonómico porque el cierre de Inasa supondría "un auténtico mazazo para la localidad". En este sentido, el presidente del comité de empresa destacó que la fábrica genera en torno a medio centenar de empleos indirectos (sobre todo transportistas).

La planta de Sabiñánigo, que a principios de los años 80 llegó a emplear a cerca de 800 personas y en el 2009 contaba con 180 trabajadores, se dedica a la producción de hoja de aluminio, destinada principalmente al sector de envases y embalajes para alimentación y farmacia. Los alemanes la adquirieron a la multinacional Alcoa y esta a su vez la compró a la desaparecida Inespal, cuando se contaba con más de 500 trabajadores. Actualmente, la planta emplea a 109 personas, la mayoría hombres y con una media de edad entre los 45 y los 50 años.