El mercado de trabajo sigue el mismo camino que la economía y, como revela la encuesta de población activa (EPA) del tercer trimestre, el paro muestra indicios de haber tocado suelo, pero el empleo sigue sin hacerse notar. La caída en el número de personas en disposición de trabajar, la temporalidad y escasa calidad del empleo creado y el aumento de autónomos que no crean puestos de trabajo señalan una situación todavía de crisis que se mantendrá hasta mediados del 2014, aunque se haya dejado atrás la recesión.

A todo esto hay que añadir un efecto coyuntural, la temporada de verano, que es la responsable de que el paro se mantenga por segundo trimestre consecutivo por debajo de los seis millones, con una reducción en tres meses de 72.800 personas. No obstante, en un año se han perdido 497.000 empleos.

EL EFECTO VERANO A efectos de empleo, la temporada de verano dura seis meses en España. La contratación en el sector servicios para atender al turismo ya influyó positivamente en la EPA del segundo semestre y ahora sigue esa estela. Pero sin este efecto estacional, el paro aumentó el 0,21% entre julio y septiembre y la ocupación bajó el 0,42%.

En el tercer trimestre la tasa de paro se ha situado en el 25,98%, por debajo del 26,6% previsto por el Gobierno para cerrar este año. Eso indica que con toda seguridad el desempleo repuntará en el último trimestre.

INSATISFACCIÓN La reforma laboral es el instrumento que ha permitido esta situación, según Jiménez Latorre, que pronosticó para mediados del año que viene creación de empleo neto cuando el PIB crezca al 1%. "Pese a la rapidez del Gobierno en declarar el fin de la recesión, el presidente Mariano Rajoy, evitó la euforia. "Estos datos son positivos, pero solo eso", afirmó en Bruselas, e insistió en proseguir con la misma política porque "la situación sigue siendo no satisfactoria".

Tampoco están satisfechos los sindicatos, partidos de la oposición y expertos de Asempleo (patronal de empresas de trabajo temporal) y de Esade. Pese a la disparidad ideológica de ellos, sus análisis coinciden en destacar el empobrecimiento del mercado laboral.

Los elementos críticos que ahondan en esta situación son, entre otros, el descenso del número de activos, sobre todo por el regreso de los inmigrantes a sus países, u la salida de españoles en busca de trabajo en el extranjero.