La privatización de Bankia, en la que el Gobierno tiene puestas sus esperanzas de recuperar al menos algo más de un tercio de los 61.495 millones de euros en ayudas inyectadas al sector financiero, ha entrado en una nueva fase. Tras la publicación de los resultados del examen del Banco Central Europeo (BCE) a la banca de la eurozona, el Gobierno tiene previsto retomar el proceso, aunque salvo cambio de opinión de última hora no habrá ninguna operación al menos hasta febrero, según distintas fuentes implicadas.

El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha admitido estos días que el Ejecutivo dejó la venta de la entidad en un "periodo de impasse" hasta la publicación de los resultados. La buena nota obtenida por la entidad y los positivos resultados que ha logrado hasta septiembre, añadió, "definen el camino para la privatización adicional" y el Estado tendrá ahora que "analizar todas las alternativas disponibles".

El Gobierno, con todo, es consciente de que es prácticamente imposible realizar una nueva venta antes de que acabe el año. En las últimas semanas del año, los mercados no aceptan operaciones de este tipo porque los grandes inversores se dedican a reordenar sus carteras y cuadrar sus cuentas de cara al cierre del ejercicio. Existe la posibilidad de lanzarla en noviembre, pero el plazo parece muy estrecho.

Además, hay un segundo factor más determinante. La acción del banco cerró ayer a 1,395 euros. El Estado entró en la entidad a 1,35 euros por título y luego los valoró a algo más de un euro con lo que podría vender sin pérdidas. Pero en febrero realizó la primera privatización parcial (un 7,5% del banco por 1.304 millones con 301 millones de plusvalías) a 1,51 euros.

FACTOR PRECIO Hacer una nueva operación a un precio inferior sería una mala señal y además dificultaría recuperar todas las ayudas. Fuentes del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) apuntaban este verano, cuando la acción estaba a 1,376 euros, que confían en que el banco doblará su valor en bolsa en los próximos años (tiene de plazo hasta noviembre del 2017 para vender) para, junto a la venta de los activos de su matriz (BFA), recuperar los 22.424 millones inyectados, o más.

El plan del Gobierno, así, es retomar la privatización en el 2015 (probablemente de no más de un 10% para que el mercado pueda absorberlo). Salvo sorpresa esperará al menos hasta febrero: a los inversores no les gusta entrar en estas operaciones hasta conocer los resultados anuales de la entidad. Una posibilidad propuesta por los bancos de inversión asesores es que el Gobierno emita un bono convertible por acciones de Bankia a un precio fijo, pero no convence a Economía.